1. Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de ser una persona demenciada.
2. Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que decís «normales»: me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social. Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada, tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Ser una persona demenciada es un modo de ser, aunque no sea normal. Mi vida como demenciado puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya «normal». En esas vidas, podemos llegar a encontrarnos.
3. Ayúdame a desaprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura y no caos.
4. Ayúdame con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como sometido a un peso insoportable. En mi vida ya tengo demasiados momentos malos.
5. Como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no lo consiga. Hazme saber, de algún modo cuándo he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a tí. Me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.
6. Lo que hago no es contra tí. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¡Ya que tengo un problema de intenciones, no me atribuyas malas intenciones!
7. Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me pides que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.
8. Mi desarrollo no es fácil de entender. Tiene su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis «alteradas» son formas de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo por comprenderme.
9. Necesito más orden que el que tú necesitas, más predictibilidad en el medio que la que tú requieres. Tenemos que negociar mis rituales para convivir.
10. Ni mi familia ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve para nada que os culpéis unos a otros. A veces mis reacciones y mis conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es culpa de nadie. La idea de «culpa» no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.
11. No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.
12. No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son «aire» para tí, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces no son la mejor manera de relacionarse conmigo.
13. No me invadas excesivamente. A veces las personas que me rodeáis sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme sólo.
14. No me pidas constantemente por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero no me des ayuda de más.
15. No sólo soy una persona demenciada. También soy un adulto. Comparto muchas cosas de los adultos a los que llamáis «normales». Me gusta divertirme, quiero a mi familia y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien.
16. No te angusties conmigo, porque me angustio. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad.
17. No tienes que cambiar completamente de vida por el hecho de vivir con una persona demenciada. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor.
Publicado por José Sancho-Tello
Francisca dice
Mil gracias por todos los artículos,estudios, informes médicos y otros… como he aprendido a conocer y entender la enfermedad de Alhzeimer , así puedo atender a mi madre de 87 años en forma apropiada y digna; por supuesto sin dejar que sea con mucho amor. Además como Cuidadora estoy más fortalecida y con muchas herramientas para hacer mi vida más común. Insto en está ardua tarea de concienciar a la sociedad. ¿Como seremos tratados por nuestra descendencia ?.