Quino, con su humor tan simple como profundo, nos invita a mirar la vida desde una perspectiva honesta y crítica. A través de sus viñetas, no solo nos muestra la ironía de la rutina y las contradicciones de la sociedad, sino también la belleza en lo cotidiano y las pequeñas verdades que a menudo pasamos por alto.
Sus personajes, especialmente Mafalda, nos recuerdan que cuestionar el mundo no es solo un acto de rebeldía, sino de humanidad. Nos enseña que la vida no siempre se toma tan en serio como pensamos, que un toque de humor puede ser el arma más poderosa frente a las injusticias y que las preguntas de un niño a veces son más sabias que las respuestas de los adultos.
La reflexión que nos deja Quino es clara: no dejes que la vorágine del mundo te consuma. Aprende a reírte de ti mismo, sé curioso y nunca pierdas la capacidad de asombrarte, porque ahí es donde se esconde la esencia de la vida.
«La Vida Según Quino….»
Pienso que la forma en la que la vida fluye esta mal. Debería ser al revés: Uno debería morir primero para acabar con eso de una vez. Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí.
Entonces empiezas a trabajar, trabajar durante cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación.
Luego fiestas, parrandas…algo de alcohol. Diversión, amantes, novios, novias, todo, hasta que estés listo para entrar a la secundaria. Después pasas a la primaria y eres un/a niñ@ que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo…
Luego pasas a ser un bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos 9 meses de tu vida flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo…
¡¡¡Eso… SI ES VIDA!!!
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