Contra el Alzheimer, Encarnita

21 Septiembre 2009 – 0:15 – Autor: José Antonio Ritoré
Encarnita Cabrero

Hoy es el Día Mundial del Alzheimer. Hoy, como cada día desde hace 14 años, Encarnita estará en la Asociación de Familiares de Alzheimer de Madrid (AFALcontigo) para colaborar en lo que haga falta, atender la recepción, acompañar a un enfermo en una residencia, escuchar a un familiar que necesita apoyo psicológico… Encarnita Cabrero conoce la cara de la enfermedad a la que dio nombre el neurólogo Alois Alzheimer desde hace más de 20 años. Primero, porque la compartió con su marido, Rafael Ferri, después porque la comparte con todos los familiares, voluntarios y enfermos que se acercan por la asociación. Cuando hablas con una mujer como Encarnita te das cuenta de que hay personas hechas de un material muy especial, personas que hacen que este mundo y esta vida sean más fáciles para aquellos que no tenemos la fuerza, el espíritu y la tenacidad necesaria.

Rafael Ferri, el marido de Encarnita, fue decorador de cine, hizo prácticamente todas las películas de Sergio Leone en Almería.

Le apasionaba el cine, como a Encarnita. Cuando estaba trabajando en una serie de televisión, El obispo leproso, se dieron los  síntomas definitivos de la enfermedad, tuvo que abandonar su trabajo y su vida social. En aquella época, hace 20 años, todavía no se conocían tantos aspectos del Alzheimer como ahora, de hecho, Encarnita lo primero que preguntó era si se podía operar. Lo que no ha cambiado es la receta para tratarles y cuidarles.

Lo único que te piden y que hay que darles es mucho cariño. Y mucha paciencia. Tienes que estar adivinando si quiere agua, o quiere leche o comer. Y, si no duerme, hay que estar con él viendo si cierra los ojitos o no los cierra…
Alguien que sufre esta enfermedad necesita atención constante las 24 horas del día. Es algo que puede llegar a quemar a un cuidador. No fue el caso de Encarnita, ella reconoce que su marido fue un paciente excepcional, nada agresivo.
Yo disfrutaba. Me dan mucha, mucha pena algunos enfermos, sobre todo cuando vienen algunas personas que quieren una residencia para meter al familiar, porque no lo soportan, porque les chilla… Yo también tuve la suerte de que mi marido era muy tranquilo. Dicen que según cómo hayas sido en tu vida anterior, si tranquilo o no, así serás cuando estés sufriendo la enfermedad.
Encarnita no dejaba que nadie tocara a su marido, ella estaba con él las 24 horas del día. Le ayudaban sus hijos con las cosas de la casa, las gestiones, etc, pero a Rafael solo le atendía ella. Encarnita anda por encima de los 70 (me ha pedido que no desvele su edad) y es todo vitalidad, se despierta a las 8:30 y se acuesta a las 10:30, entre medias mucha actividad en la asociación, en casa, en donde haga falta, sin perder un minuto, ni en una mínima siesta. Cuando estaba con Rafael era igual y reconoce que a veces acababa muy cansada, pero…
Lo superas, porque hemos sido un matrimonio muy, muy unido. A mí no me ha pesado. Al contrario, seré un burra! pero yo digo que ojalá le siguiera teniendo conmigo todavía, va a hacer 17 años que me falta.
Encarnita y Rafael estuvieron juntos todo el tiempo, hasta que el 30 de octubre de 1992, a las 6 de la mañana, recostado en su brazo, Rafael se fue. Ella no piensa parar, puede con todo. En julio estuvo acompañando en una residencia a una señora cuya hija se había ido tres semanas de vacaciones. Hoy estará todo el día en Goya, intentando sumar apoyos para Afal, mañana estará donde la necesiten. Encarnita Cabrero es un lujo para nuestra sociedad y espero que este lujo esté con nosotros mucho tiempo.
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fuente: http://blogs.lainformacion.com/laregladewilliam

 

 


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