El objetivo de los especialistas es diagnosticar la enfermedad en las fases más precoces para retrasar el inicio de la demencia, ya que si se lograra retrasar el comienzo de la enfermedad de Alzheimer en 5 años, la incidencia de la misma disminuiría a la mitad. También señalan que las personas que han estudiado más, tardan más en desarrollar Alzheimer e incluso pueden no hacerlo.
Las Palmas de Gran Canaria, 14 de marzo 2009 (medicosypacientes.com)
El doctor Martínez Lage, uno de los principales expertos nacionales en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer ha apuntado que los estudios sobre la enfermedad de Alzheimer se centran en el diagnóstico precoz, a través de la observación de la pérdida de funciones cognitivas con neuroimagen y neuroimagen funcional y la medición en sangre de las proteínas amiloide y de los anticuerpos que las combaten. Además, en su opinión, las personas que han estudiado más tienen un riesgo más bajo de desarrollar Alzheimer y tardan más en hacerlo porque tienen mayor reserva cognitiva.
Así lo ha puesto de manifiesto durante su intervención en el XIV Curso Nacional de Alzheimer que se ha celebrado en Las Palmas de Gran Canaria, organizado y patrocinado por la Fundación Grünenthal y Andrómaco (Grupo Grünenthal) avalado por la Sociedad Española de Neurología (SEN). Un curso que ha estado dirigido por el Dr. José Luis Molinuevo Guix, coordinador del Grupo de Demencias y Trastornos de la Conducta de la S.E.N. y el Dr. Juan Rafael García Rodríguez, neurólogo del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.
Martínez Lage, determinó que la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer se está centrando en el diagnóstico precoz, intentando encontrar marcadores que permitan diagnosticar antes de que el enfermo pierda autonomía para empezar a tratarla cuanto antes. “En este sentido, estamos estudiando cómo es el patrón de pérdida de funciones cognitivas en las fases más precoces con marcadores de neuroimagen (se trata de ver el patrón de atrofias de la enfermedad en estas fases) y neuroimagen funcional (permiten ver el metabolismo neuronal para comprobar qué alteraciones del metabolismo se aprecian en estas fases, pero no es aplicable a todos los pacientes)”, indicó el experto. “También -continuó Martínez Lage- otras líneas de investigación están yendo hacia la medición en la sangre de la cantidad de proteína amiloide y otros marcadores como son los anticuerpos dirigidos contra esas amiloides”.
El experto apuntó que el objetivo es diagnosticar la enfermedad en las fases más precoces para retrasar el inicio de la demencia, y reducir la cantidad de enfermos de manera sustancial, ya que si se lograra retrasar el comienzo de la enfermedad de Alzheimer en 5 años, la incidencia de la misma disminuiría a la mitad. Sin embargo, el problema está en que el diagnóstico precoz es muy caro. “La gran mayoría de los profesionales sólo utilizamos la tomografía axial (escáner o e TAC) porque las pruebas de neuroimagen funcional no están financiadas en ninguna Comunidad Autónoma. Estas pruebas podrían revelarnos los cambios cerebrales que se producen antes de que aparezcan los síntomas más floridos de la enfermedad”, explicó Martínez Lage.
El doctor Martínez Lage declaró que los expertos tratan de adelantarse a la enfermedad para combatirla antes de que aparezcan los síntomas. “Toda la población tiene riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, no hay grupos específicos con mayor riesgo. Sin embargo, las personas que han desarrollado una actividad intelectual mayor, tienen un riesgo menor. La hipótesis se basa en que tienen más reserva cognitiva, por lo que quienes han tenido una educación más alta, deben enfermar más para tener síntomas; consecuentemente, tardan más en desarrollar la enfermedad y es posible que a algunos no les dé tiempo de desarrollarla porque fallezcan por otras causas”, determinó el experto.
Pablo Martínez Lage aclaró que si bien no hay un grupo poblacional con mayor riesgo de padecer la enfermedad, sí que hay unos factores de riesgo (educación baja, edad por encima de 65 años, factores de riesgo vascular como tabaquismo, diabetes, obesidad y cardiopatías) que son determinantes. “Además, últimamente, se ha descubierto que el tabaquismo pasivo aumenta el riesgo de déficit cognitivo”, añadió el experto.
Con respecto al tratamiento farmacológico para la enfermedad de Alzheimer, José Manuel Martínez Lage afirmó que hay numerosos fármacos para tratar los trastornos de conducta (depresión, insomnio, agitación, irritabilidad, agresividad, alucinaciones, ideación delirante, ansiedad, apatía y trastornos de la alimentación) que provoca la enfermedad y que cada síntoma tiene su propio medicamento.
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