Mi Abuela murió de Alzheimer
Este es un testimonio de tantos que encontramos a diario en las redes sociales como facebook, os lo compartimos desde el blog de Daniel Terrasa. Al final de la entrada os dejamos el enlace original porque si impresionante es el testimonio, los comentarios no se quedan atrás…
Mi abuela murió de Alzheimer hace tres años.Lo más doloroso no fue el hecho de su muerte, tenía más de 80 años y, como se dice en estos casos, era ley de vida. Se podría decir, por mal que suene, que su muerte fue un alivio para todos.Los que han convivido con una persona enferma de Alzheimer saben a lo que me refiero. Los cuidadores sufren tanto como los enfermos, o más si pensamos que llega un momento en el que el enfermo ni siente, ni sufre… Pueden caer en depresiones. Es realmente duro. No solamente pierdes las facultades mentales, sino la dignidad.Mi abuela, una de las personas más pulcras y presumidas que conocí, acabó postrada sobre una cama, con un pañal y en silencio. Empezó olvidando nuestros nombres, después se quedaba sola con la mirada perdida murmurando palabras incomprensibles.Unas veces reía, otras lloraba sin consuelo. Después ya dejó de hablar. Sus manos se movían frenéticamente en el aire con gestos incomprensibles, tareas domésticas imaginarias. Te miraba pero no veía nada en ti. Adelgazó muchísimo y casi dejó de moverse. Cuando murió yo no estaba en Mallorca. Me sentí culpable de no haber estado cerca de mi familia en ese momento. Pero en realidad, ella llevaba muerta hacía mucho tiempo.El Alzheimer había borrado sus recuerdos y aniquilado todas sus facultades mentales. No merecía morir de esa manera. Nadie lo merece. Yo prefiero recordarla tal como era antes de aquello: Una mujer fuerte, activa, con bastante genio y que nos quería mucho.
Nota de la administración:
Aunque todos lo expresamos así, porque es el comienzo de todo, no se muere de Alzheimer, se muere con Alzheimer. El Alzheimer en si no mata.
Omar Matheu dice
Pues estas mal no estar con ella en los ultimos momentos mi abuela materna murio de vieja y tenia Alzhe. y ni nos recordaba ni nada y ahora mi abuela por parte de padre esta empezando en la enfermedad y al igual que mi otra abuela estare con ella hasta que DIOS se la quiera llevar, este como este tu estas tratando de escribir cosas para justificarte el no haber estado con ella ahi ni tu familia lo mismo que mi hermano que ni ve a mi abuela y ni viene tampoco.
Blanka Gonzalez dice
Ahhh, si es muy triste, lo siento mucho. Pero eso que haces , de recordarla como era antes,cquizas con alegría, su manera de platicar, conocerá. A mi, me parece, muy bien. Te felicito. Porque hay que buscar sahay que buscar salud mental, vivir el presente y si no vivierion los últimos años, con calidad de vida, es mejor que te hagas tu propia historia, al final es lo único que nos pertenece.
Un fuerte abrazo.
Patricia Anaya dice
gracias, tu texto me inspiro y permitio ver el sol en la tormenta, lo comparto:
«El Tesoro escondido detrás del Alzheimer.
Si, existe un tesoro inmenso detrás de esta enfermedad y como todo buen tesoro, si es andino incluso, está escondido, se manifiesta en segundos, se esconde y uno debe seguir buscándolo, sin perder la esperanza de encontrar eso que nos solucione la vida.
En mi madre se manifiesta cuando se pone a jugar como una niña con las bolsas que ponemos por casualidad a su alrededor, de pronto, la encontramos armando muñecos, de lo más entretenida y concentrada, como si fueran globos a los que ella le da la forma imaginaria, disfrutando serenamente del resultado.
Son las caritas que encuentra en todo a su alrededor, sobre todo en la comida, siempre hay caritas, en las conchas de la playa, en los pedacitos de pollo a la brasa, en el puré de zapallo.
Es en su alegría inmensurable cuando ve algo colorido. Es en deleite de la mesa con gente.
También existe la percepción que tiene de lo que sucede, ese “sexto sentido” que desarrolla que no tenía antes tan agudo de insistir en ver a alguien que necesita atención, en los peligros inminentes que nos acechan y solo ella los percibe.
En su agradecimiento constante y a veces hasta penoso por cada muestra de cariño que recibe. En su vulnerabilidad infantil y expresa.
Es cierto que es otra persona, cada vez más distinta de la que fue, pero es la que le toca ser ahora.»
Piluca dice
Olvidó es ese silencio cuando me miras .
Se te olvidó quien eres .Ni mi nombre recuerdas
Vas de un lado a otro sin rumbo.
Que lo mismo ríes que lloras .
Te beso y te aprieto contra mi pecho .
Como cuando yo era niña .
Me miras y lágrimas caen por tus mejillas .
Lloro en silencio de impotencia .
Me aprietas las manos .me lastiman .pero me da igual .porque es más grande el dolor que siento cuando te veo .
Que el ladrón de los recuerdos se lo llevo todo .
Todo menos el tiempo vivido .
Ese tiempo que guardo celosamente en mi cofre bajo llaves .
Para que nadie se lo lleve …