Asociaciones españolas dedicadas a combatir esta enfermedad, recomiendan a los familiares de personas que la padecen, no alejar a los pacientes de estas importantes fechas.
Ademàs de beneficiar al paciente, ya que estar con sus seres queridos le emociona y resuena con los buenos momentos vividos, compartir las Fiestas es bueno para sus familiares y cuidadores, que comprueban còmo la persona con una alteraciòn neurològica disfruta de la mùsica y el ambiente. Consejos pràcticos para que todos disfruten estos momentos.
Cuando tenemos un familiar con Alzheimer, las Fiestas de final de Año representan un momento de emociones encontradas e incertidumbres, para quienes comparten en la intimidad estos dìas tan especiales con el paciente.
«Para que el enfermo, y sus familiares -y a menudo tambièn cuidadores- puedan disfrutar de la Navidad, no hay que perder de vista algunos hechos clave: que independientemente de la etapa en que se encuentre su dolencia, esa persona està viva, y aunque con determinado grado de merma, piensa, siente, se emociona y tiene derecho a ser parte de estas festividades», señala la psicòloga clìnica Marga Marquès, del Centro de crecimiento personal Hara (Madrid, España).
Por ello, como primer paso, la experta sugiere a los familiares que tengan presente que ni el tiempo ni la enfermedad se detienen, y que hay que aprovechar al màximo la presencia de nuestros seres queridos mientras les tengamos con nosotros, y que «con una actitud positiva, aceptaciòn y amor, las Fiestas pueden convertirse en un momento maravilloso».
«Quienes tienen un pariente aquejado de Alzheimer saben que llegarà el momento en que ese ser querido, que sufre un deterioro neurològico y cognitivo progresivo e irreversible ya no los reconocerà. Aquella abnegada madre, hacendoso padre, cariñosa abuela o experimentado abuelo, ya no recordarà a sus familiares. Pero esa no es una razòn vàlida para marginarlos de las reuniones y fiestas familiares, sino al contrario», señala la directora del centro Hara.
Segùn Marga Marquès «cuando se diagnostica la dolencia en una etapa muy temprana, en un estadio en el que se alteran las actividades complejas e instrumentales de la vida cotidiana, necesarias para mantener la independencia y las relaciones sociales, hay que prestar atenciòn a la vida de relación del paciente, animàndole y ayudàndole a que la mantenga».
Compartir actividades, mùsica y afecto
«Ademàs de fomentar las aficiones habituales del paciente y procurar que desarrolle pasatiempos que estimulen su atenciòn y concentraciòn, una de las formas en que la familia puede ayudarle en esta etapa inicial, consiste precisamente en responsabilizarle de las compras cotidianas detallàndoselas en una lista, y ayudarle en las compras extraordinarias, como los regalos y ornamentos de la Navidad», aconseja la psicòloga clìnica.
Para la directora de Hara «los pacientes que tienen la enfermedad màs avanzada y que ya no son conscientes de muchas cosas de su entorno, siempre se daràn cuenta del afecto, la cercanìa y la calidez de los seres queridos, por lo que hay que intentar integrarlos en las Fiestas».
«Una sonrisa, una palabra amable, un gesto afectuoso, un abrazo sentido, una escucha atenta, una mano càlida en la espalda, una mirada tierna o un apretòn de manos cariñoso, son gestos que pueden llegar al alma y llenar de gozo el corazòn de nuestros seres queridos y enfermos», señala Marquès.
De acuerdo a esta experta, «los ùltimos estudios neurològicos reflejan que la mùsica es el estìmulo al que màs son capaces de responder los enfermos de Alzheimer, incluso en la etapa màs avanzada de su dolencia. Las melodìas estimula algùn mecanismo dentro del cerebro y al parecer es el que màs tiempo perdura en el registro neuronal».
«El paciente suele reaccionar positivamente ante la mùsica que escuchaba en su juventud o niñez, y que ahora le sigue causando alegrìa, tranquilidad y bienestar. Algunos pacientes que ya no hablan pueden sin embargo tararear alguna canciòn popular que disfrutaron de jòvenes. Es una buena idea buscar la mùsica alegre aunque no estridente de los viejos y buenos tiempos que le gustaba al enfermo para compartirla en las Fiestas», sugiere.
«Quienes estàn en las fases iniciales de la enfermedad es posible que puedan disfrutar de una gran celebraciòn, en la cual participen niños y adultos, pero conviene reflexionar sobre la conveniencia de la presencia del familiar enfermo en tal festejo, pues en algunos casos, es posible que no se sienta confortable ante circunstancias que generan un dràstico cambio en su mundo cotidiano», señalan desde la Fundaciòn ACE, del Instituto Catalàn de Neurociencias Aplicadas (Barcelona, España).
La Fundación ACE, del Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, es un centro de referencia mundial en Alzheimer, que dirigen el psicòlogo clìnico Lluìs Tàrraga Mestre, y la neuròloga Mercè Boada Rovira, impulsa la comunidad virtual Familia Alzheimer (www.familialzheimer.org) y edita la revista electrònica mensual «Magazìn Alzheimer».
¿Es mejor pasar la Navidad en casa o la residencia?
«Hay que observar con anticipaciòn el comportamiento de nuestro familiar, analizar si la presencia de personas, mùsica, etc., le altera o por el contrario le alienta», aconsejan desde la Fundación ACE.
«Si el enfermo està en una residencia, es màs fàcil visitarlo allí. Si se decide llevarlo temporalmente a casa, hay que cerciorarse de que allì se encuentra còmodo, porque es probable que el paciente sienta la residencia como su verdadero hogar, porque vive su cotidianeidad y se siente confortable», apuntan desde ACE.
«Si decidimos seguir adelante, es importante planificar bien la celebraciòn, valorando el horario del festejo (es posible que convenga màs una reunión matutina que una vespertina o nocturna), estableciendo su duracióòn y evitando excesos que conlleven a alteraciones posteriores de hàbitos y estados de ànimo y alteren la rutina del familiar enfermo», aconsejan.
«Informar y recordar a nuestro familiar acerca de la celebraciòn e incluso hacerlo partìcipe de los preparativos, definir las obligaciones de cada miembro de la familia relacionadas con el enfermo, y escoger la mùsica, la bebida y la comida de acuerdo con sus gustos y posibilidades», son otras recomendaciones clave de ACE.
Para que todos -enfermo, familiares y cuidadores- puedan disfrutar de las Fiestas, aconsejan preparar actividades o tareas para captar la atenciòn de nuestro familiar sin sobre-estimularlo, implicarle en la instalaciòn del Àrbol de Navidad, del Belèn o pesebre y demàs decoraciones navideñas y en la conversaciones enfatizar los recuerdos especiales y los buenos tiempos pasados con la persona enferma.
Tambièn es aconsejable planificar pequeñas reuniones a la hora del dìa en que apreciemos que nuestro familiar està màs còmodo e interactivo para facilitar su participaciòn en ellas, reduciendo al mìnimo el nùmero de personas por visita, y aceptar las ofertas de ayuda para nosotros y el cuidado de nuestro familiar enfermo.
«Aunque sea Navidad, Año Nuevo o Reyes es muy posible que no hayan cambios en su estado, que no nos reconozca, que no veamos su sonrisa o un gesto de aprobaciòn, pero quizà su tranquilidad sea suficiente declaraciòn de confort, el mejor regalo que podemos ofrecerle».
La Fundaciòn ACE recomienda tener presente que «aunque ella o èl estèn perdiendo o hayan perdido su memoria, nos siguen dando un precioso regalo… una parte de sus propios recuerdos, todos aquellos instantes comunes compartidos que debemos atesorar y transmitir con gratitud».
Terra.com
Ayúdanos a mejorar…Escribe aquí tu comentario!