Bajo el término de enfermedad neurológica se engloban todas aquellas que afectan al sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y al periférico (músculos y nervios). Aunque las enfermedades más frecuentes y conocidas son las demencias (como el Alzheimer), el ictus, la epilepsia, el Parkinson, la esclerosis múltiple o la migraña; también hay que desatacar otras enfermedades neurodegenerativas y neuromusculares como la esclerosis lateral amiotrófica, las distrofias musculares o las distonias.
Se calcula que en España las enfermedades neurológicas afectan a unos siete millones de personas, lo que equivale al 16% de la población total. Además, se estima que el aumento de la esperanza de vida producirá un incremento de la frecuencia de estas enfermedades en las próximas décadas. Por todo ello, se puede decir que son enfermedades muy frecuentes que afectan a personas jóvenes y de edad avanzada. Este tipo de patologías pueden llegar a producir una severa incapacidad de movimiento, memoria, lenguaje o de otras funciones mentales, impidiendo y dificultando la realización de las actividades cotidianas, desembocando en discapacidad y dependencia.
David A. Pérez |
Los trastornos neurológicos son, en su conjunto, uno de los grupos de enfermedades con mayores repercusiones sociales, suponiendo un grave problema sociosanitario. No sólo hay que valorar los gastos sanitarios directos, sino que hay que añadir otros indirectos (sueldos de los cuidadores o días de baja laboral), que pueden llegar a ser hasta ocho veces superiores a los directos. Un estudio reciente ha cuantificado el coste sanitario directo de las enfermedades neurológicas en España en más de 11.000 millones de euros.
Hace poco más de un año, la Fundación del Cerebro realizó un informe titulado Impacto Sociosanitario de las Enfermedades Neurológicas en España, (www.fundaciondelcerebro.com). A modo de conclusión, señala: “Para atender correctamente a cada paciente con una enfermedad neurológica se precisan los recursos sanitarios apropiados. Además, los pacientes y sus familias precisan suficientes apoyos y recursos sociosanitarios que, en la actualidad, son claramente deficitarios. La conciencia social, el conocimiento y la formación, la investigación, la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento, junto con la atención sociosanitaria, y la integración social son esenciales para estos enfermos, sus familiares o cuidadores. El crecimiento del número de pacientes con enfermedades neurológicas hará necesario, en pocos años, aumentar los recursos a dedicar a los enfermos neurológicos, a la asistencia sanitaria y al apoyo sociosanitario de sus familias”.
La Administración central y las autonómicas han realizado un gran esfuerzo en el desarrollo de la Ley de Dependencia; sin embargo, aunque parecía que por fin trataban de paliar algunos problemas, es necesaria la suma de todos para mejorar el bienestar social de los enfermos y de sus familiares. Estamos hablando de un problema de profundo impacto sobre las sociedades desarrolladas, que irá creciendo en las próximas décadas.
Neurólogo y director de la Fundación del Cerebro
David A. Pérez
Fuente: balancedeladependencia.com
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