Las técnicas de psicoestimulación, aplicadas sobre pacientes con Alzheimer de una manera continua y mediante un programa definido y previo, reducen el ritmo de progresión de los efectos degenerativos de esta enfermedad sobre los que la padecen, según un estudio realizado por el equipo médico de Quavitae en la Residencia Parque de los Frailes en Leganés, Madrid.
En el estudio se observó que la psicoestimulación en pacientes con deterioro cognitivo en estado moderado retrasa los efectos del Alzheimer, fundamentalmente en criterios de tiempo. De esta manera, la degeneración provocada por el Alzheimer se produce de una forma mucha más dilatada.
Durante un periodo de 6 meses, 22 personas, de las cuales 9 tenían Alzheimer, 3 sufrían demencia mixta, otras 3 pseudodemencias y 7 demencias vasculares, acudieron diariamente a talleres, de lunes a viernes una hora al día para practicar una actividad diferente cada jornada: los lunes, memoria semántica; los martes, categorización; los miércoles, agnosias; los jueves, memoria automática y, los viernes, psicomotricidad.
Al final del periodo de análisis, las conclusiones fueron que la intervención cognitiva mejora o mantiene las capacidades cognitivas y los programas de psicoestimulación mantienen y mejoran las habilidades personales de la población. Asimismo, los autores del estudio argumentan que la psicoestimulación es una alternativa de actividad en la población con problemas en la vida cotidiana. «Este tipo de intervención es una línea de investigación futura para este tipo de población», señalan en un comunicado.
Según un segundo estudio realizado en la misma residencia, se observó una mejora significativa en los pacientes con hemiplejía a los que se les aplicó un tratamiento de terapia ocupacional.
Así, el grado de minusvalía disminuyó considerablemente: al inicio del tratamiento, el 80 por ciento dependía de la silla de ruedas, cifra que logró reducirse a un 38 por ciento al final del tratamiento. Un 62 por ciento consiguió caminar sin ayuda, un 19 por ciento con andador, un 24 por ciento con trípode y un 19 por ciento con muleta o bastón. La conclusión de este trabajo es que «el tratamiento conjunto de fisioterapia y terapia ocupacional produce una mejora significativa de la situación física y funcional». Al tiempo, los expertos responsables del estudio matizan que «la colaboración del anciano y el tratamiento precoz influyen favorablemente en los resultados y que el deterioro cognitivo, aunque sí influye en el tratameinto, no lo impide».
Europa Press
Cedido por: Terapia-ocupacional.com
Somos información
Ayúdanos a mejorar…Escribe aquí tu comentario!