LIBRO | ‘Me falla la memoria’
Cómo conservar un cerebro joven
- Un libro recoge las claves para una buena salud cerebral
- Dieta, ejercicio y una vida activa, mejores que el ‘brain training’
»Lo tengo en la punta de la lengua» o »¿a qué había venido yo a esta habitación?» son dos expresiones habituales en nuestro día a día. Pero, ¿cuándo debemos preocuparnos por esos fallos de memoria? ¿En qué casos hay que acudir al especialista? ¿Qué podemos hacer por cuidar nuestro cerebro? A éstas y a muchas otras cuestiones responde el neuropsicólogo Álvaro Bilbao en su libro ‘Me falla la memoria’ (RBA).
Coincidiendo con el Día Mundial del Alzheimer, este especialista en daño cerebral, formado en los pasillos de la Universidad Johns Hopkins de EEUU, trata de resolver dudas frecuentes sobre el que sigue siendo el órgano más misterioso del cuerpo humano.
«Hemos realizado una encuesta a 1.200 personas para hacerla coincidir con la presentación del libro y hemos descubierto que el 92% de ellas tiene una idea muy vaga de cómo puede cuidar su cerebro», explica a ELMUNDO.es este especialista del Centro Estatal de Atención al Daño Cerebral.
En esta misma encuesta, también se observa que los fallos de memoria suelen ser los problemas cerebrales que más suelen preocupar a la población; aunque como señala Bilbao, existen algunos ‘trucos’ para distinguir cuándo se trata de bloqueos mentales normales o de cuándo existe algún trastorno subyacente que se debe consultar con un especialista.
«Depende un poco de la frecuencia de los fallos de memoria, de que sean cuestiones significativas o no, de que vayan acompañadas de problemas de orientación (que la persona se pierda en la calle, por ejemplo), de que el afectado no se dé cuenta de sus lapsus o de que pueda ir acompañado de otros síntomas inhabituales», enumera.
Después de revisar durante tres años todo el conocimiento científico publicado sobre esta materia, Bilbao señala que las claves son mucho más accesibles de lo que muchos lectores pudieran pensar: una dieta sana, ejercicio físico, una vida activa, emociones positivas y una buena red de amigos y familiares. ‘Me falla la memoria‘ resume en seis capítulos las estrategias sobre las que debe descansar una buena salud mental:
- Reserva cognitiva: Todo lo que hemos hecho en la vida, los años de estudio, los idiomas aprendidos, los viajes, las vivencias, los libros leídos o aficiones… todo ello constituye un enorme bagaje del que se beneficia nuestro cerebro para protegernos de un envejecimiento prematuro.
- Nutrición: Cada vez es más evidente la relación de una buena salud vascular para prevenir la aparición del Alzheimer. Una dieta sana, en la que estén proscritas las grasas, la carne, los azúcares refinados y, en cambio, sea rica en antioxidantes va a facilitar una adecuada neurotransmisión.
- Actividad física: «Sabemos que el ejercicio es el mejor factor de protección contra patologías como el Alzheimer, el Parkinson o el Huntington», señala Bilbao. Un buen estado de forma también ayuda a que las conexiones entre nuestras neuronas estén ágiles.
- Socialización: Rodearnos de seres queridos también repercute en una adecuada salud cerebral. Como explica Bilba, eso se ve claramente, por ejemplo, en el caso de las comidas en familia: «Sabemos que la dieta mediterránea es aún más beneficiosa para quienes comen en familia, se compran alimentos más sanos, se cocina mejor… y sabe más rico, se podría añadir.
- Manejo de las emociones: El estrés es uno de los mayores enemigos de nuestro cerebro, debido a que favorece la oxidación de los tejidos. En cambio, añade el autor, cada vez hay más demostraciones científicas sobre los efectos positivos de la meditación, el optimismo o la felicidad y otras emociones positivas a la hora de retrasar el envejecimiento cerebral.
- Estimulación cognitiva: A algunos les sorprenderá encontrarse en último lugar de la lista los juegos de destreza mental y el llamado ‘brain training’, pero es que como señala el doctor Bilbao, se ha demostrado que estos pasatiempos no son realmente muy eficaces. O dicho de otra manera, nuestro cerebro se beneficia mucho más de una buena sobremesa en familia o de una partida de cartas con los amigos que de una hora en solitario jugando con una maquinita.
María Valerio | Madrid
elmundo.es
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