¿Podría ser que la vitamina C y el betacaroteno (carotenoide más abundante en la naturaleza y el más importante para la dieta humana) sirvan para combatir la demencia?
Un estudio revela que este antioxidante, al igual que el betacaroteno, ayuda a frenar la neurodegeneración

Evitar el estrés oxidativo
Los investigadores aseguran que el estrés oxidativo repercute en la incidencia de la enfermedad de Alzheimer. Dicho estrés dificulta el aprovechamiento del oxígeno en el cuerpo humano. Los autores opinan que los llamados antioxidantes podrían servir como protección frente a la neurodegeneración. En el estudio referido, los científicos se fijaron en si los niveles séricos de vitamina C, vitamina E, betacaroteno, licopeno y la coenzima Q10 eran muy inferiores en la sangre de los pacientes aquejados de Alzheimer. “Para que tengamos la posibilidad de influir en la aparición y el desarrollo del Alzheimer, debemos conocer cuáles son los factores de riesgo posibles”, aclaró la Dra. Gabriele Nagel de la Universidad de Ulm.

Los autores hallaron que la concentración de vitamina C y betacaroteno en el plasma de los pacientes con Alzheimer era muy inferior a la de la sangre de los individuos de control. En cambio, no se observó esa diferencia entre los dos grupos en lo relativo a los otros antioxidantes (vitamina E, licopeno y coenzima Q10). En su análisis estadístico, los investigadores tuvieron en cuenta posibles factores distorsionadores como el IMC, el estado civil, el nivel de estudios, y el consumo de alcohol y tabaco. Se percataron de que en los hallazgos podrían haber influido el modo de almacenaje y preparación de los alimentos y factores estresantes de la vida de los pacientes. “Es necesario realizar estudios longitudinales en los que participen más individuos para poder confirmar el resultado de que la vitamina C y el betacaroteno podrían servir para prevenir la aparición y el desarrollo del Alzheimer”, concluyó Nagel.

Los autores hallaron que la concentración de vitamina C y betacaroteno en el plasma de los pacientes con Alzheimer era muy inferior a la de la sangre de los individuos de control. En cambio, no se observó esa diferencia entre los dos grupos en lo relativo a los otros antioxidantes (vitamina E, licopeno y coenzima Q10). En su análisis estadístico, los investigadores tuvieron en cuenta posibles factores distorsionadores como el IMC, el estado civil, el nivel de estudios, y el consumo de alcohol y tabaco. Se percataron de que en los hallazgos podrían haber influido el modo de almacenaje y preparación de los alimentos y factores estresantes de la vida de los pacientes. “Es necesario realizar estudios longitudinales en los que participen más individuos para poder confirmar el resultado de que la vitamina C y el betacaroteno podrían servir para prevenir la aparición y el desarrollo del Alzheimer”, concluyó Nagel.
Fuente: von Arnim, C.A.F. et al. Dietary Antioxidants and Dementia in a Population-Based Case-Control Study among Older People in South Germany. Journal of Alzheimer’s disease. doi:10.3233/JAD-2012-120634.
Imágenes de google añadidas por Alzheimer Universal
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