A los cincuenta años, a Laura le diagnostican la enfermedad de Alzheimer. Desde ese fatídico día y bajo su desesperación, se va preparando para ese momento en el que no pueda llevar el timón de su vida. Llega a pactar con su hija, Ana, la forma de poder comunicarse con ella durante el triste padecimiento. Esta novela pretende demostrar –como cree firmemente la autora– que, aunque la razón se vaya nublando, el abanico de sentimientos queda vivo…
Los beneficios de este libro van destinados a asociaciones de enfermos de alzhéimer
Escuchar la entrevista
Descubre más desde Alzheimer Universal
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.