-ALZ-
*Va y viene la inquietud*
Un desvelo cargado de temores que pasaron como un celaje en el cielo azul marino de la noche salpicado de luceros titilantes como mis pupilas ávidas de luz. El silencio trae sonidos de jadeos y lloriqueos infantiles, la madre acuna y serena y se retoma el sosiego. Hay un lloro en silencio que recorre el laberinto de la mente perspicaz, ella sabe que hay un dejo triste que deambula y hostiga los recuerdos y hay un frente protector, tras la cascada iluminada que destila suavemente sobre las piedras y semillas en las barreras de bambú protegiendo la inquietud que va y viene serenando aunado a la respiración consciente.
Se siente en los hombros el dolor que se hace uno con los malestares entre espasmo y el recelo, la soledad y el debate por tantas cosas que se agolpan tras la razón, el camino hacia los sueños se ve lejano el firmamento acoge los brillos fugaces y como cuentas del rosario se perfilan escondiéndose en la tímida luna de noviembre.
No hay olvidos es como si el pensar se ha detenido y hay un espacio que da luz a la palabra y al sentir, por eso escribo, la voluntad aferrada al aquí y ahora, sorbo a sorbo la infusión alimonada mitiga los fríos tras la memoria, entibia ese vacío sin nombre que pasa dejando una estela con los miedos adheridos y no hay razón que me responda.
Cierro los ojos y una oleada de gratitud se hace presente, va salvando el temor a los olvidos, el sofoco y la brecha suscitada vuelve el calor sereno a flor de piel y del pensar, se abriga el sentimiento, ya pasó, se aleja la sospecha, el aire fluye y va limpiando, purificando, serenando, todo está bien, gracias a la Divina Presencia que mora en mi.
Margot Arévalo
12 de noviembre de 2013
Isla de Margarita, Venezuela
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