¿Y QUÉ SABEMOS DE NEUROPSICOLOGÍA?
Una “buena Psicología” de base
A día de hoy no me queda ninguna duda de que casi todo el mundo sabe lo que es un Psicólogo Clínico: un profesional al servicio de la salud mental cuya arma terapeútica se diferencia de la médica en que sus diagnósticos no son invasivos (corporalmente hablando) y sus tratamientos son no farmacológicos, ésto como poco, creo que se sabe. Además, también muchos de nosotros hemos ido alguna vez, o de vez en cuando, a la consulta de un psicólogo para que nos ayude a “Tomar Consciencia” de lo que pasa a nuestro alrededor y en nuestro interior y a saber elegir en función de nuestros intereses. El psicólogo clínico trabaja, al fin de cuentas, con nuestra disposición mental, la cual puede ser valorada desde muchas variantes del ejercicio de la Psicología, me refiero a diferentes modalidades de hacer práctica terapéutica como: Las terapias tipo gestalt, humanista, sistémica, psicoanalista, cognitivo-conductual, etc.
¿Sí pero…qué tiene que ver ésto con la Neuropsicología?
Sencillo: la Neuropsicología Clínica es una subespecialidad dentro de la Psicología Clínica aunque irónicamente, no tiene mucho que ver con ella: Ni con el tipo de enfermedades que diagnóstica, ni con las herramientas diagnósticas y ni tan siquiera con las técnicas de tratamiento. No en vano, se la considera “la rama médica de la Psicología” ya que el fundamento de esta especialidad es la especialización en la enfermedad neurológica con todo lo que conlleva saber, es decir: tipos de enfermedades, diagnóstico, técnicas para obtener datos objetivos y terapéutica neurológica.
¿Y por qué es tan importante conocer el trabajo de un neurólogo de manera previa?
Pues porque donde termina el trabajo de éste, empieza el del neuropsicólogo…….Hablemos de Neuropsicología!
¿Qué es esa cosa llamada Neuropsicología?
La Neuropsicología es una rama de las neurociencias que estudia la relación entre cerebro y conducta tanto en sujetos normales (cuando queremos investigar) como en aquellos que han sufrido algún daño cerebral, del tipo que sea. La neuropsicología clínica se dedica pues, al diagnóstico y tratamiento no farmacológico de las enfermedades del Sistema nervio Central que repercuten en los procesos cognitivos, emocionales y conductuales, y exclusivamente nos interesan éstas.
Estos efectos o déficit pueden estar provocados por traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, tumores cerebrales, enfermedades neurodegenerativas (como, por ejemplo, Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson, etc.) o enfermedades del desarrollo (epilepsia, parálisis cerebral, trastorno por déficit de atención/hiperactividad, etc.).
¿Y para qué “sirve” un neuropsicólogo?
Un neuropsicólogo es un profesional dedicado a la neuropsicología. Por lo general, son licenciados en psicología con estudios de postgrado en Neurología….. pero también lo pueden ser en medicina con estudios de postgrado en Psicología y que acaban sus estudios con la fusión de ambas disciplinas, dando lugar así a la Neuropsicología. Sin embargo, suelen ser psicólogos los que ejerzan esta disciplina clínica debido a su mejor preparación de pregrado (psicología cognitiva, psicología de la memoria, de la percepción, neuropsicología, psicobiología, etc.) y ser la función cognitiva objetivo de estudio de la Psicología.
Un neuropsicólogo clínico está formado en técnicas e instrumentos de la Neuropsicología y de la Psicología Clínica, en la interpretación del examen neurológico y psiquiátrico, así como de las técnicas de neuroimagen, neurofisiológicas y bioquímicas. Son profesionales que aplican los principios de evaluación e intervención basándose en el estudio científico de la conducta humana en su relación con el funcionamiento normal y anormal del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).
Su objetivo primero es : analizar la relación que existe entre un daño cerebral concreto y las alteraciones cognitivas que se puedan asociar con el fin de identificar los signos neurológicos (áreas del cerebro enfermas o lesionadas) y funciones deterioradas (síntomas clínicos que manifiesta el paciente), las áreas o funciones indemnes y las funciones posibles de recuperar/estabilizar por medio de un proceso de rehabilitación/ estimulación.
Otra labor ardúa y muy importante del neuropsicólogo, es saber distinguir con eficacia entre alteraciones o daño cognitivo y patologías psíquicas como depresión, manías o pseudopsicopatías las cuales a veces pueden confundirse con alteraciones cerebrales que generan síntomas muy similares (sobre todo, cognitivos)
¿Qué vamos a buscar en la valoración neuropsicológica? (VNP)
La valoración neuropsicológica pretende darnos una información, objetiva y precisa, en base a pruebas que nos ayuden a medir cuantitativa y cualitativamente los aspectos cognitivos, conductuales y emocionales de la persona.
Muy importante es el adecuar las pruebas a las características biográficas de ésta, en base sobre todo a: edad, nivel de estudios, situación laboral previa a la enfermedad, y las alteraciones descritas por el enfermo y/o la familia.
En general, las funciones mentales que se valoran son:
- Inteligencia general premórbida (antes de la enfermedad o lesión neurológica)
- Velocidad de procesamiento de la información
- Función atencional: Atención sostenida, dividida
- Memoria: Todos los tipos de memoria conocidos: Memoria verbal, visual y lógica (a corto y largo plazo) Memoria de trabajo, Memoria semántica y episódica, Memoria implícita y explícita
- Área del lenguaje: se valora sobre todo la capacidad para entender la información 8comprensión) y la capacidad para hacerse entender (articulación del lenguaje)
- Funcionamiento ejecutivo (habilidades de planificación, jerarquización, razonamiento y abstracción, fundamentalmente)
- Habilidades perceptivas y motoras ( Comprensión del mundo a través de nuestros cinco sentidos, cómo lo interpreta nuestro cerebro y qué respuestas habilidosas y adaptativas somos capaces de dar en consecuencia, a cómo entendemos la información que nos llega)
- Aspectos emocionales (ira, tristeza, incertidumbre, miedo…)
- Alteraciones fluctuantes o cambios permanentes en la conducta y/o personalidad
- Habilidades académicas relacionadas con las capacidades de aprendizaje: cálculo, lectura y escritura.
La VNP puede requerirse por motivos muy diferentes por lo que es muy importante tener bien definido el motivo de por qué se pide una valoración y quién la pide. No es lo mismo un niño con problemas de aprendizaje que nos envían desde el colegio a una persona anciana con sospecha de inicio de una demencia, como tampoco será lo mismo una persona con un traumatismo craneoencefálico que requiera ser valorado para un proceso legal o para un programa de rehabilitación.
Debemos tener también presente que en algunas ocasiones, la realización de una VNP puede verse comprometida. Estos casos incluyen valoraciones de personas con una pérdida cognitiva muy importante que impida una valoración mínima (situaciones de demencia muy avanzada o daño cerebral muy grave), como por la presencia de complicaciones psiquiátricas importantes ( una sintomatología de alucinaciones y delirios activa, en el momento de la evaluación), como por la presencia de simulación de síntomas, tarea ésta muy complicada y como decía al principio comprometida de esclarecer, a veces.
De modo general, algunos de los motivos para llevar a cabo una VNP son la ayuda al diagnóstico, especialmente en casos de diagnóstico diferencial (cuando más de un diagnóstico, en principio, podría ser la causa de los síntomas a evaluar), la valoración de secuelas para procesos legales, la implementación de programas de rehabilitación o estimulación cognitiva, la adaptación de programas escolares, la valoración del impacto (positivo o negativo) de una determinada intervención (farmacológica, quirúrgica).
Es muy importante tener presente el carácter integrador de la Neuropsicología que se nutre y colabora con otras muchas y diversas disciplinas de la medicina, la educación, el derecho, la criminología, entre otras.
Igualmente, la valoración neuropsicológica no es la mera administración de pruebas, test u otro tipo de cuestionarios. Exige el conocimiento de la realidad de los pacientes que se valoran: para decidir qué pruebas se van a administrar, añadir o eliminar pruebas durante la valoración si se considera necesario y, finalmente, para interpretar toda la información que se tiene disponible.
Y termino diciendo que…..
Después de leído esto es posible que se llegue a la conclusión de que: el trabajo del Neuropsicólogo es un trabajo complicado y de enorme responsabilidad a la hora de definir un diagnóstico, ya que en muchas ocasiones, es el neuropsicólogo el que tiene la última palabra para poner “la etiqueta diagnóstica” a un paciente neurológico.
Pero es un trabajo lleno de satisfacciones profesionales en cualquier caso, con un auténtico reto de alta responsabilidad: Cuando los demás exámenes no han dado resultados claros…….Tú tienes la última palabra.
amanda garcia dice
Como neurpsicologa en formacion, cada dia me gusta mas lo que puedo aprender a cerca del cerebro, es totalmente fascinante y sorprendente. Muy buen post.!