Décadas de mala prensa condenaron al litio a ser un fármaco de poco uso. Intoxicaciones, temblores y locura extrema son parte de un estigma construido principalmente por las farmacológicas ante la imposibilidad de patentarlo y sacar dividendos con su venta. Sin embargo, hoy está dando un giro importante que lo llevaría a cambiar su historia y la de muchos: La prevención del alzheimer y demencia de la tercera edad puede ser el punto de partida de un regreso triunfal (sin fines de lucro).
La primera investigación sobre el uso médico del litio en personas con altos grados de exaltación fue publicada por el Dr. John Cade en los años 50’s. La publicación estuvo lejos de tener impacto en el mundo científico, rápidamente se perdió en el olvido.
Años después fue Moguens Schou, médico danés, quien rescató dicha investigación preclínica y realizó ensayos estandarizados con litio. Entonces comenzó un fuerte lobby de la industria farmacéutica por tachar a este elemento como un mineral altamente tóxico, y el intento de Schou por su aprobación clínica, fracasó. Es recién en la década de los 70’s que la comunidad ciéntifica da luz verde al fármaco. No sin resistencia.
“La industria farmacéutica se topó con que efectivamente el litio no era patentable y lo que hicieron fue empezar a encontrar fármacos que emularan la acción del litio. Todos los estudios desde los años setenta hasta ahora, han seguido arrojando la misma evidencia: que el litio es el mejor fármaco para el tratamiento de la enfermedad maníaco depresiva o bipolar”, afirma el Dr. Paul Vöhringer de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Profesor Adjunto de Tufts University School of Medicine e Investigador Clínico del Programa de Trastornos del Ánimo de Tufts Medical Center.
¿Y qué hay respecto a la intoxicación? “Los fármacos de ellos también tienen efectos tanto o más graves que la intoxicación del litio, pero ellos, usando la posibilidad de intoxicación decían: ‘este fármaco no produce intoxicación y es casi como un litio’. Con sus fármacos hacen dinero”, asegura el Dr.Vöhringer.
Pese a su aprobación clínica hace más de 40 años, en Chile el litio sigue siendo un medicamento de uso bastante restringido. “La indicación de las alternativas del litio es de un 70 versus un 30 por ciento”, calcula el médico psiquiatra, quien se explica el fenómeno de la siguiente manera: “Es falta de formación, es falta de actualización y también es seguir presos del marketing de las farmacológicas. En Chile el litio es muy barato, es de los fármacos más baratos que existen, vale menos de la mitad que sus fármacos alternativos. Por lo tanto, a las compañías farmacológicas no les conviene darle mucho énfasis”.
Cerca de la revolución
La relación que podría existir entre el litio y la prevención del alzhéimer no es nueva. Sin embargo, recién hoy la evidencia clínica está dando pistas concretas de que podríamos estar cerca de un potente hallazgo.
Un estudio publicado en junio de este año, llamado “Standard and trace-dose lithium: a systematic review of dementia prevention and other behavioral benefits” y publicado en la Australian and New Zealand Journal of Psychiatry por Sivan Mauer, Derick Vergne y Nassir Ghaemi de Tufts Medical Center, sugiere que el litio en dosis bajas y estandars actuaría como neuroprotector ante las mencionadas patologías mentales de la tercera edad.
La publicación se basa en la revisión sistemática de 24 reportes clínicos, epidemiológicos y biológicos sobre indicación de litio. Y aunque uno de sus autores, el Dr. Nassir Ghaemi, Director de Mood Disorder Program en Tufts, es cauto al señalar que aún la evidencia no es suficiente, el avance hasta aquí es sin duda auspicioso.
“Si los estudios hechos hasta hoy son correctos, nosotros podríamos reducir las tasas de demencia desde el actual 20 – 50 por ciento en población de 80-90 años a menos de 10 por ciento”, afirma el Dr. Ghaemi, Director de Mood Disorder Program en Tufts.
Aunque sigiloso, el Dr. Ghaemi reconoce que él como médico ya recomienda el uso de litio a sus pacientes con fines preventivos, y no esconde sus expectativas respecto a lo que podría ocurrir con este mineral de probarse clínicamente su utilidad en esta área. “Creo que el impacto puede ser revolucionario, al nivel de los efectos de muchas de las vacunas infantiles”, concluye el especialista.
Esfuerzos en Chile
Sin duda una evidencia sólida al respecto ampliaría la indicación de litio a nivel poblacional y ayudaría a hacer frente a uno de los problemas de salud pública más graves de nuestro país: el alzhéimer en la tercera edad.
En esa dirección apuntan los esfuerzos del Dr.Vöhringer quien está comenzado la recolección de muestras con el fin de realizar una publicación sobre el tema del litio a nivel local.
“Según las cifras de prevalencia del Ministerio de Salud, y por región, la que tiene más litio en Chile es la de Tarapacá. Yo crucé ese dato con la cifra de prevalencia de demencia de los 75 años en adelante. El promedio del país es de un 12 por ciento en personas con 75 años o más. Tarapacá tiene un 5 por ciento. Es la región del país con menos prevalencia de demencia”, señala el médico esbozando el punto de partida del nuevo trabajo. Según esta hipótesis, en un país como Chile abundante en litio, el consumo secundario de fuentes del mineral en algunas zonas bastaría para la neuroprotección de los ancianos.
El estudio sigue en curso con miras a sumarse a la evidencia extranjera.
Alzheimer
Aunque no hay cifras precisas de prevalencia o incidencia de demencia o enfermedad de alzhéimer en Chile, se estima que alrededor de 200 mil personas presentan hoy esta condición en nuestro país.
“Por el envejecimiento poblacional, el aumento de expectativa de vida y baja tasa de natalidad, se proyecta un aumento al doble en el número de casos para el año 2030 y al triple para el 2050”, detalla el Dr. Patricio Fuentes Neurólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
“El riesgo del incremento de estas enfermedades es que no están las condiciones dadas para que los dispositivos de salud, las familias, la comunidad y el Estado puedan hacer frente a las tremendas demandas socio-sanitarias, que supondrá un enorme contingente de personas discapacitadas mentalmente, con problemas de conducta, pérdida de autonomía y con posibilidad real de vivir muchos años con una enfermedad incurable hasta hoy. Consecuencia paradojal del éxito en otros ámbitos de la medicina moderna”, indica el médico.
En este contexto lo que aparece como una amenaza aún mayor, es que hoy no existen terapias farmacológicas que puedan prevenir la enfermedad. Respecto al litio el Dr. Fuentes asegura que no existen aún estudios concluyentes que prueben su eficacia. Sin embargo, señala que, «está sí el dato anecdótico de que pacientes bipolares tratados crónicamente con litio tendrían menor riesgo de alzhéimer».
De probarse la capacidad neuroprotectora del litio, el panorama en salud mental para los adultos mayores cambiaría drásticamente en los próximos años. Para el litio también.
Texto: Francisca Escobar | Universidad de Chile | www.uchile.cl
Fotografías: Felipe Poblete; Alejandra Fuenzalida; Creative Commons: Phillie Casablanca – e-MagineArt.com Dircom-UChile
7 de agosto de 201
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