A priori suena alentador el «paper» que un neurólogo, investigador de la UCLA, publicó a fines de septiembre. Antes de celebrarlo, hay que tener en cuenta que se trata de un ensayo hecho con sólo diez personas, y que la terapia en cuestión revierte la pérdida de memoria ASOCIADA AL Alzheimer. A no confundir con el deseo que albergamos los familiares de enfermos: que la ciencia encuentre la manera de revertir el Alzheimer ‘per se’.
‘Reversión del deterioro cognitivo: nuevo programa terapéutico‘ se titula el trabajo que el neurólogo Dale Bredesen publicó el 27 de septiembre en la revista científica Aging, y que la prensa anglosajona empezó a difundir en general con prudencia*. Science Daily, responsable de la síntesis más completa, aclara que se trata de un “pequeño ensayo” (con diez personas) y que la terapia en cuestión revierte “la pérdida de memoria asociada a la enfermedad de Alzheimer”. Cuidado, a no confundir con la pretensión de revertir el Alzheimer per se.
La terapia implementada por este investigador del Mary Easton Center de la Universidad de California en Los Angeles y del Buck Institute for Research on Aging tardó entre tres y seis meses en empezar a revertir déficits de memoria en nueve de las diez personas tratadas. El resumen del paper indica que, de estos voluntarios, algunos presentaban “un deterioro de la memoria asociado a la enfermedad de Alzheimer; otros un MCI mnésico (deficiencia cognitiva de tipo amnésico) o subjetivo”. El único caso que falló corresponde -atención- a un enfermo de Alzheimer que estaba transitando la última etapa de la enfermedad.
El resumen también cuenta que “seis pacientes debieron dejar de trabajar o tenían dificultades en el trabajo antes de someterse al estudio” y que luego “pudieron volver a trabajar o aumentaron su rendimiento laboral”. Por otra parte, el voluntario más veterano lleva dos años y medio mejorando de manera continua.
La clave de esta mejora se encontraría en un programa terapéutico de 36 puntos, que supone cambios generales en la dieta, ejercicios de estimulación cognitiva, optimización del sueño, consumo de vitaminas y medicamentos específicos y otras prácticas suplementarias que regulan la química del cerebro.
El tratamiento es personalizado. Varía según los resultados que arrojen los distintos tests concebidos para determinar de qué manera se ve afectada la plasticidad de la red cerebral del paciente. Por ejemplo, para el caso de una mujer con un trabajo muy demandante y que empezó a olvidar cómo volver a su casa, Bredesen recomendó un programa con las siguientes máximas:
1) Eliminar todos los carbohidratos simples, con miras a perder unos nueve kilos de peso;
2) Eliminar el gluten y la comida procesada, y aumentar el consumo de frutas, verduras y pescado;
3) Empezar a practicar yoga para reducir el estrés;
4) Empezar a meditar veinte minutos, dos veces por día, también para reducir el estrés;
5) Tomar melatonina todas las noches;
6) Aumentar la cantidad de tiempo dedicado al sueño a siete u ocho horas por noche;
7) Tomar metilcobalamina a diario;
8) Tomar vitamina D3 a diario;
9) Consumir aceite de pescado a diario;
10) Tomar CoQ10 a diario;
11) Optimizar la higiene dental con cepillo eléctrico e hilo dental;
12) Interrumpir la terapia de reemplazo hormonal;
13) Ayunar como mínimo doce horas entre la cena y el desayuno, y al menos tres horas entre la cena y la hora de acostarse;
14) Realizar ejercicio físico entre cuatro y seis días por semana, como mínimo treinta minutos por vez.
En diálogo con Science Daily, Bredesen reconoció que “aunque alentadores, los resultados son anecdóticos” justamente porque el alcance del ensayo es limitado. “Es necesario realizar un estudio clínico más amplio y controlado”, agregó.
Asimismo el neurólogo señaló que la ciencia debería explorar mejor el potencial de las terapias combinadas contra el Alzheimer, primero, porque esta alternativa ha ayudado a arrinconar otras enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer y el sida. En segundo lugar, porque investigadores especializados en genética y bioquímica han encontrado una extensa red de interacciones moleculares implicadas en la patogénesis del olvido patológico: esto sugiere que una terapéutica de base más amplia puede ser más eficaz que las drogas concebidas para atacar un único objetivo.
Para explicar su enfoque, el investigador equipara el olvido patológico a un techo con 36 agujeros. Como se concentran en un solo objetivo, las drogas anti-Alzheimer emparchan -en el mejor de los casos- un solo agujero. Los 35 restantes se mantienen intactos y aseguran la progresión de la enfermedad.
El canal de noticias KTLA 5 fue uno de los medios que difundieron los resultados del estudio. Además de Bredesen, dos voluntarios hablaron ante cámara: una joven mujer que habría presentado síntomas parecidos a los del Alzheimer precoz (su testimonio remite al caso mencionado más arriba) y un hombre de mediana edad que se refiere a un estudio por imágenes que le hicieron dos años atrás y que arrojó indicios de Alzheimer.
Ojalá la publicación de Bredesen constituya el anticipo de una buena noticia, es decir, la antesala del hallazgo de un tratamiento realmente capaz, no sólo de frenar, sino de revertir deterioros cognitivos de origen patológico. La celebración de este presunto primer paso queda supeditado a la ampliación del estudio: sin dudas, resulta imprescindible aumentar la cantidad de voluntarios y diversificar los tipos de olvido atacados para así evaluar si esta nueva terapia integral revierte las alteraciones de la memoria producto de un Alzheimer bien diagnosticado.
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* Como era de preverse, algunos medios (chicos pero medios al fin) optaron por títulos que magnifican el alcance del paper de Bredesen: o bien coquetean con la posibilidad de que se haya conseguido revertir casos de Alzheimer o bien dan por hecho el avance en términos generales o en algunos pacientes.
María Bertoni
DESIDERIA DELUR RODRIGUEZ SENANombre (requerido) dice
YO FUI OPERADA DE PROTESEIS DE CADERA 8 VECES LA ULTIMA QUEDO BASTANTE BIEN…ESTAVA CONTENTA SE ENFERMO MI MARIDO DE ALZHEIMER SE ME VINO EL CORAZON AL SUELO 40 AÑOS SUFRIENDO OPERACIONES Y AHORA CON MI MARIDO ENFERMO NO TENGO MAS GANAS DE VIVIR SE QUE VA LLEGAR UN MOMENTO QUE NO LO PUEDO ATENDER….¿QUE HAGO?…. DESIDERIA