La importancia de dar visibilidad al Alzheimer.
- Testimonios como el de Pasqual Maragall interpelan sobre una dolencia que no deja de crecer
En realidad, el alzhéimer no deja de ser el precio que pagamos por vivir más tiempo, porque, salvo en los casos de demencia precoz, es una dolencia claramente vinculada al proceso de envejecer. Puesto que en un siglo hemos doblado la esperanza de vida, es normal que se haya disparado también su incidencia.
En estos momentos, se estima que una de cada diez personas mayores de 65 años tiene alzhéimer. Y la tendencia es a que aumente. Es pues un gravísimo problema social que en muchos casos se sigue viviendo en la soledad de las familias, sobre las que cae casi todo el peso del cuidado de los enfermos. Por eso, la batalla del alzhéimer sigue siendo, además de científica y social, la batalla de la visibilidad.
Ahí tenemos el testimonio de Pasqual Maragall, ex alcalde de Barcelona (1982-1997) o presidente de la Generalitat (2003-2006) defendiendo como el resto de enfermos el día a día, el instante, ese momento de lucidez, de placer tomando el sol en un banco de una plaza que inauguró como alcalde, los retazos de memoria que van y vienen mientras pasea, y los afectos que conserva. Porque el espacio que deja el olvido puede ser ocupado por la ternura.
Todos saben que sufre alzhéimer, una de las dolencias más devastadoras que a uno le puedan caer en suerte, y que lleva ya años lidiando con ella. Como dice la página web de la fundación que lleva su nombre :
“Somos nuestro cerebro; él es el centro de nuestra personalidad y el Alzheimer nos la arrebata”.
La mayoría sabe, en parte gracias a su testimonio, que es un proceso degenerativo que puede durar entre 7 y 15 años para el que no existe tratamiento curativo.
Fuente: El País
Septiembre 2015
Alberto dice
Lo que puedo comentar con respecto al caso de mi madre, quien está ya postrada hace dos años debido a un tercer pequeño derrame cerebral y que lleva 20 años desde que le diagnosticaron Alzheimer (en realidad fui yo quien lo determinó así), puedo asegurar que en su caso el Alzheimer lo tenía 20 años antes, es decir, lleva 40 años entre las diferentes etapas de este terrible y doloroso mal que no sólo afecta al paciete sino en igual o mayor grado a quien los cuida.