El amor: la cara más dulce del cuidar
Tenemos el placer de presentaros hoy una nueva sección de Alzheimer Universal. Una sección que ha nacido de la mano del creador de la plataforma, Jesús TJ y de un servidor Pablo A. Barredo ‘Diario De Un Cuidador, amigos, compañeros de batalla y cuidador y ex cuidador de madres con Alzheimer respectivamente.
Estamos ilusionados, motivados y llevábamos tiempo con ganas de crear una sección que diera cabida a publicaciones llenas de luz, amor, positivismo y buena energía dedicada a todos aquellos que cuidan y han cuidado. Bastante se tiende a hablar ya de las facetas y aspectos más duros y tristes de lo que representa el cuidar de un ser querido aquejado de Alzheimer o de cualquier otro tipo de demencia. Queremos a través de ‘Cuidando en Positivo’ hablar de ese otro lado de la moneda del cuidar. Así como sin oscuridad no podría haber luz, sin dolor no podría haber amor. Y en eso nos queremos centrar.
Ser cuidador es una tarea ardua que nos lleva al agotamiento físico. psicológico y emocional. Eso ya lo sabemos todos de sobras. No hace falta incidir de nuevo sobre ello. Pero también el cuidar tiene su lado positivo (si se nos permite usar dicha palabra), sus momentos llenos de felicidad, que te arrancan una risa o te dibujan una sonrisa en tu rostro. Todos hemos tenido esos momentos de dicha: cuando ese ser querido nos sonríe y da las gracias, cuando colocan sus manos sobre las nuestras, cuando nos hacen saber que aunque tal vez ya no nos reconozcan aún saben que somos algo suyo y nos expresan de distintas y muy variadas maneras su amor y confianza hacia nosotros. Esas caricias, esas sonrisas, esas miradas, son lo que nos hace seguir adelante. Ese amor recíproco es el que nos hace sentirnos pagados por el gran sacrificio que en instancias tenemos que hacer y la pena que llegamos a sentir.
Todos tenemos anécdotas divertidas. Todos hemos sonreído al ver ciertas conductas pícaras, traviesas, graciosas. Y no, no nos reímos de ellos sino con ellos. Porque ellos, nuestros enfermos siguen dándonos mucho o más bien todo hasta el final.
Yo, por ejemplo recuerdo a mi madre intentar escabullirse de casa cuando yo estaba en el baño. Y me hacía gracia. Pensaba, jolines qué lista es la tía. Qué recursos tiene su cabeza para aprovechar un momento mío de despiste para tratar de escaparse. O cuando ponía su mano sobre mi cara cuando la acostaba y me pidiera que le hiciera compañía hasta que se durmiera y me decía que era lo que más quería en el mundo. Nos hemos reído juntos mucho y disfrutado el uno del otro.
Todo depende desde el prisma que queramos afrontar la enfermedad. Si te metes en su mundo, en sus juegos de «niños». Si intentas aprender de la experiencia desde el positivo: una experiencia que te enseña valores, empatía, paciencia, a amar incondicionalmente y lo que realmente importa en la vida; te darás cuenta de que los grises ya no son tan grises y que nuevos colores comienzan a aparecer.
Cuidar es una tragicomendia y regalo
Cuidar es una experiencia trágica pero también es una experiencia mágica, e incluso a veces divertida. Es una lección de vida. Y la satisfacción de estar haciendo lo que te dicta el corazón y el amor es algo verdaderamente enriquecedor.
Cuidar no es tan solo oscuridad y dolor. También es luz y amor. Céntrate en esos momentos bonitos y quédate con ellos. Qué importa si ya no se acuerdan de ti si sabes que te siguen queriendo. Eso jamás se olvida. Qué importa si no te responden al instante cuando les preguntas?
Si en lugar de estancarte en la frustración y la impotencia te centras en hacer de su nuevo mundo un lugar en el que se sienten cómodos y están a gusto. Tú calidad de vida mejorará. Fluye con el devenir de la enfermedad. Cuánto más te emperres en ir contra ella más cuesta arriba se te hará el proceso. Valórate, siéntete orgulloso de lo que estás haciendo por otra persona por amor y trata de sacar lo positivo de lo que ser cuidador representa. Sé consciente de que aún tienes a ese ser querido contigo. Eso vale más que todo el oro del mundo.
Comparte con nosotros en los comentarios esos momentos que hacen que valga la pena hacer lo que estás haciendo. Seguro que algunos tienes.
Mucha luz, mucha fuerza y mucho amor compañeros. Sois grandes. No lo olvidéis. #CuidandoEnPositivo
Gloria dice
Hola soy Gloria, cuidadora profesional, y cuide a mi madre 4 años.
Si, es cierto que hay luz y amor.
Y eso es lo que hace que puedas seguir hasta el final.
Recuerdo cuando aún me conocia, que cuando le decia alguna cosa que le hiciera sonreir, me decia, ( ha… que tonda que eres) y yo sonreia con ella.
Cuando ya no me conocia, yo pense morirme, pero descubri que si sabia que era algo suyo.
Sus caricias, sus sonrisas, sus miradas, ( algo muy importante) me lo transmitia claramente.
Ahora todo eso lo recuero y me siento muy bien. Nos qieriamos mucho.
Despues de todo esto, sin querer o queriendo no lo se, pero me involucre mucho más en el trabajo.
Y con algunas personas me sucede lo mismo, nos transmitimos mucho, algo que no sucede con mis compañeras y creo que esto es porque despues de aprender tantisimo con mi madre, con ellos soy de otra manera ahora y les conozco muy bien. Por eso hemos llegado a poder disfrutar tambien de esos momentos.
A grandes rasgos este es comentario
Un saludo
Gloria
Monica dice
Por suerte mi madre aun me reconoce pero si hay algo que me divierte es lo lista que es para mentir,cuando baja su mano para darle su comida a su mascota y la pezco me dice.no la iba a comer yo,cuando no quiere hacer algo inventa dolores y yo me rio y le digo no inventes que cuando yo era chica me inventaba mil dolores para no ir a la pileta y las dos nos reimos mucho y ella dice con cara seria yo no miento…pequeñas anectodas de la vida cotidiana de una cuidadora.