A mi preciosa mamá
Mamita hermosa: Han transcurrido apenas dieciséis meses desde que nos dejaste, aún a pesar de que todos me dicen que debo sentirme tranquila y satisfecha por todo lo que te ayudé a recorrer en este largo y difícil camino del Alzheimer. A pesar de ello, no puedo evitar sentir que algo me faltó hacer.
Y que no fue suficiente todo lo que vivimos, y que esta maldita enfermedad no nos permitió hacer. Nos faltó tiempo…
Tiempo para salir juntas, como aquellos en la plenitud de nuestras vidas. Recuerdo los días que me ayudaste a llevar a tu nieta a la guardería, cuando preparabas su comida y yo te llamaba desde el trabajo preguntando cómo estaba todo y tú me decías que no me preocupara, que todo estaba bien.
Ausente en presencias
Yo hubiese querido que siempre todo hubiese estado bien, pero fuiste cambiando mami! Dejaste de hacer lo que más te gustaba: dejaste de preparar nuestras comidas favoritas, olvidaste cómo cocinar aquellos guisos deliciosos, poco a poco tenía que repetirte mi nombre, y ayudarte a buscar el baño, porque ya no lo encontrabas. Tu mirada perdió el brillo y era ya, una mirada ausente.
Yo fui entendiendo que poco a poco te estábamos perdiendo. Nunca me acostumbré.
Jamás me acostumbré a verte triste, ausente y con cambios de humor. Acepté a cambiar mi rol, y de tu hija pasé a ser tu mamá -como me llamabas-.
Nunca, hasta el último día, dejé de expresarte cuánto te amaba. No hubo un sólo día, sin que yo te diera esos besos y abrazos! Y esas cosquillitas que de vez en cuando esbozaban en ti una leve sonrisa!. Y ese último día juntas, pude darte el último beso, una hora antes de encontrarte dormida, en paz.
Con una paz que no vi, durante los catorce años que estuviste atrapada entre tus olvidos. Ojalá hubiese sabido que era el último beso, no me hubiese separado un instante de tu lado, te habría arropado en un largo abrazo, te habría llenado de besos y habría dicho las palabras que hubiese deseado decir: agradecerte una última vez por tanto amor, por la vida, por todo!
Cuando después de unos segundos tratando de reanimarte, inmediatamente comprendí que ya no estabas, que ya te habías ido, sólo pude expresarte con mi pensamiento que te fueras sin miedo. Ahora eras libre y no pude decir más. Ya no pude decir más. Mi voz se quedó ahogada.
Gracias mamita bella… Siempre vivirás en mi alma y en mi corazón!!!
SANDRA MOREIRA
Madre, Hija, Esposa, Enfermera y orgullosa Abuela
Nuestra amiga Sandra nos dejó esta carta de despedida a su querida mamá el pasado 20 de septiembre en el buzón de Cartas del Alzheimer . Tú también puedes dejarnos tu carta, tu historia, poesía, etc…
Marianela Silva dice
Diste lo mejor de ti y tu mami así lo sintió, ya descansa libre… un abrazo Sandra.
sandra moreira dice
Gracias Silvia, estoy segura que asi es.. otro abrazo para ti,,
Pauly Zapata dice
Sandra no sabes lo que me ayudo un día tu consuelo y tu consejo .Desde ese día fue diferente para mi.Gracias!!
sandra moreira dice
Y gracias a ti por estar querida Pauly. Besos
patyg13 dice
Es muy difícil, te entiendo, yo lo pase con mi padre y al leer tu carta, no pude evitar las lagrimas. Mismas que hace 2 años 8 meses no salían, desde que se fue mi papito