Ingreso en Residencias Asistidas
Los cuidadores de personas afectadas con la enfermedad de Alzheimer, otras demencias y diversas patologías, deben tomar algunas decisiones extremadamente difíciles, entre ellas ingresar o no al familiar en un centro especializado o residencia. Ya sea por horas o permanente.
Sobre este tema hemos leído de todo, (y muchas barbaridades!) sobre todo, de desconocidos que hablan de desconocidos como si fueran vecinos, e igual están la otra parte del mundo y tan solo han cruzado dos palabras en un chat: «Ingresé a mi Mamá en…», pero no somos nadie para juzgar lo que otras personas decidan sin conocer los verdaderos motivos, que pueden ser muchos, desde la incapacidad para cuidar bien, la falta de ganas y empatía, hasta intereses de diversos tipos, como pueda ser el «sacar de casa al enfermo» o incapacitarle para disfrutar de su herencia. Yo en concreto conozco varios casos.
Pero vamos a lo que vamos…
Ingreso en residencias asistidas, ¿es lo mejor para el enfermo de Alzheimer?
Una decisión que pueden enfrentar a los familiares o a la sociedad, es si ingresar a su ser querido en un centro de atención de algún tipo. Prácticamente nadie quiere hacerlo y muy pocos ancianos quieren ir.
Esta será una de las decisiones más difíciles y dolorosas que, como cuidador de un enfermo de Alzheimer, tendrás que tomar.
- ¿Qué pasa si tienes que trabajar a tiempo completo y no puedes proporcionar la atención constante que tu ser querido requiere – especialmente aquellos en las últimas etapas de la enfermedad?
- ¿Qué pasa si no puedes pagar un servicio de cuidado en el hogar que podría ayudar a hacer posible que la persona se quede en casa?
- ¿Qué pasa cuando ni familiares ni miembros de la familia o amigos te ayudarán?
- ¿O qué puedes hacer si tu ser querido se vuelve más combativo y simplemente no puedes manejar correctamente las conductas perturbadoras?
Hay otras consideraciones también. Tu ser querido puede olvidarse habitualmente de apagar la estufa, provocando un riesgo de incendio. Él o ella puede estar despierto toda la noche, levantándose repetidas veces también. Ambos estaréis privados de sueño – un grave riesgo para la salud de ambos. Tienes que considerar tu propia salud, no sólo para tu bienestar, sino porque no puedes proporcionar un buen cuidado si estás agotado todo el tiempo.
Desafortunadamente, tu ser querido y tú no sois las únicas personas en la ecuación. Los miembros de la familia, especialmente aquellos que no están involucrados en el cuidado y por lo tanto realmente no tienen idea de lo negativo que puede ser un probable ingreso, puede argumentar enérgicamente contra cualquier decisión que se tome en este sentido.
Esto puede conducir a una ruptura seria en las relaciones y la armonía familiar. Y puede ser peor aún si los miembros de la familia no se llevaban bien antes de que hubiera una necesidad de tomar esta decisión. Pueden tratar de hacerte sentir culpable lo suficiente como para renunciar a cualquier plan de institucionalización.
¿Qué hacer?
En muchas ocasiones, el ingreso es la mejor (o incluso única) solución para su beneficio y el beneficio de la persona para quien está cuidando. Pero muchas personas se sienten como la institucionalización de su ser querido fuera prácticamente un crimen. Ellos sienten que sería el equivalente a abandonar a la persona que más aman en el mundo entero.
Si lo haces puedes sentirte terriblemente culpable. Pero si la persona realmente necesita estar en una instalación para su propia seguridad y bienestar, puede terminar sintiéndose aún más culpable si no lo haces. Si algo le sucede a su ser querido, como vagar o sufrir una lesión por un incendio u otro peligro, nunca se perdonará a sí mismo. Y eso es lo esencial. Maldito si lo haces y maldito si no lo haces.
Entonces, ¿cómo decides qué es lo mejor? Te sugiero que te hagas dos preguntas:
- ¿Estar en una instalación le proporcionará a tu ser querido un mejor cuidado, una atención más personal, más oportunidades de socialización y – especialmente – una mayor seguridad?
- ¿Estás cuidando a la persona en su casa destruyendo su propia salud física y mental?
Si respondiste «sí» a cualquiera de estas preguntas puede ser hora de empezar a buscar una buena instalación.
Otro enfoque que podría ayudarte a tomar la decisión más sabia es hablar con una persona de confianza fuera de su familia. Es posible que desees hablar con tu mejor amigo, tu médico personal o tu abogado. Puede ser muy útil tener una discusión franca con alguien que es neutral acerca de la situación.
Fuente: Marley,M. Nursing Home Placement: Damned If You Do – Damned If You Don’t. usagainstalzheimers.org
Es probable que esta entrada de nuestro blog pueda aclarar algunas otras dudas.
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Consultas Medicas dice
Aqui es algo muy dificil de decidir, debe ser la familia quien tome la dificil decision. Pero gracias a Dios almenos estan las residencias para hacerse cargo y ayudar a personas que no pueden. Un saludo!
Jesús Tj dice
Sí que es complicado, pero a veces no queda mejor remedio. Gracias por vuestro comentario!