GLORIA MARTIN DIEZ
Colg. GZ 00772
Psicoterapeuta Familiar
Psicoterapeuta Gestaltica
Mediadora Familiar
DE LA SOLEDAD…AL VACÍO DEL TODO LLENO
Hablar de la soledad del familiar cuidador, no es hablar de falta de compañía, qué también, sino del vacío del alma.
La soledad de la persona cuidadora, sólo la comprende quién la vive y quién la siente, las demás personas sólo pueden, en el mejor de los casos,
aproximarse a este sentimiento.
Esta soledad conecta con el verdadero sentido de nuestra existencia y éste aspecto es el motor que despierta al resto de las emociones que acompañan al proceso del cuidado.
Esta soledad ayuda a comprender el dolor de unos padres que padecen por la enfermedad que su hijo sufre.
Es entender, biológicamente hablando, el significado de estar vivo, pero mentalmente ausente.
La soledad de la persona cuidadora, conecta con tú propio vacío, tan lleno…tan lleno, que se expresa en todas las células de tú cuerpo y salen a la luz por cada poro de tu piel.
Esta soledad de la que hablo, es similar a la soledad del nacimiento. Atravesamos el útero materno en soledad donde nos esperan unos brazos abiertos, pero en la soledad del cuidado, sólo te encuentras tú, con los brazos extendidos para decir a tu madre, padre, esposo, esposa que no tengan miedo ¡que aquí estás tú!.
En esta soledad te encuentras a ti misma, o a ti mismo, por si todavía no te habías encontrado.
Y cuando este proceso termine con la muerte de tú familiar, vuelves a sentir de nuevo la soledad, pero ahora es real, porque ya no está la persona que llenaba tu vacío.
La enfermedad te despoja de las ropas con las que cubrías tú vida y te deja desnudo o desnuda de nuevo, caminando en el tren de la vida.
Y te subes a este tren, quizás de largo recorrido, lleno de personas desconocidas y quizás estas nuevas personas, te ayudan a dar…sentido a tu vida.
El familiar cuidador, mil veces ha escuchado…!tienes que…!, y tú ya sabes lo que “tienes que…”, el problema que tienes, es que ¡No sabes cómo!
Pocas veces has escuchado ¿Qué necesitas? Y quizás si te lo preguntan, tendrías de nuevo un problema, porque durante muchos años has vivido desconectada de tus propias necesidades y ahora que alguien te lo pregunta, quizás no sabes lo que necesitas.
Estas fiestas “tan entrañables”, que revuelven hasta las entrañas, hacen aflorar la añoranza, de la persona que tu familiar fue…tan diferente de la que tú cuidas ahora!.
En estas fiestas navideñas se sientan en una mesa personas que no ves durante el año. Y en esta mesa familiar de Noche Buena, hay sentada una persona que en silencio sufre,
…y cada día cena sola, sin que nadie la pregunte cómo está
…y esa persona eres tú…la única cuidadora.
NOTA: Esta breve reflexión, es producto de mi experiencia profesional como Psicóloga, atendiendo desde hace muchos años a personas cuidadoras de familiares dependientes y este sentimiento es común en todas ellas, yo tan sólo…le doy la forma.
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asquerosamentesano dice
Muy bien expresado