Una silla vacía…llena de recuerdos
Redacción | Gloria Martín Diez | (Alzheimer Universal)
Psicoterapeuta Familiar. Gesltaltica. Mediadora Familiar.
En esta Navidad “coronada por el virus” y por las restricciones derivadas de la pandemia, se encuentran muchas personas solas y muchos padres sin sus hijos, e hijas, nietas y nietos, pensando que quizás es su última Navidad, porque sí, es triste…pero muchas personas lo pensarán.
En otros hogares habrá una silla vacía o quizás…alguna más, porque faltan las personas que se llevó el coronavirus o cualquier otra enfermedad.
Este síndrome de la silla vacía, encierra sentimientos generados por la pérdida de un ser querido y es normal que se intensifiquen las emociones de añoranza por quién ya no está, ni lo volverá a estar.
Hay fechas que hacen que afloren los recuerdos de un pasado, en el que esa mesa estaba llena y ahora empieza a tener unas cuantas sillas vacías y resulta muy difícil combinar la esperanza y la alegría de brindar por la siguiente Navidad, sumado con la tristeza de los que ya no están.
Nos cuesta disfrutar de estas fiestas, porque este año, nos falta una persona que la pasada Navidad estaba sentada junto a ti y afloran a tu mente, recuerdos y vivencias que son imposibles de olvidar.
Como todas las navidades y ésta en especial, deseamos disfrutar con la familia porque ha sido un año muy complicado y queremos estar unidos…por lo que pueda pasar. Y ¿cómo gestionamos emociones tan opuestas? Realmente es muy difícil y por eso mismo, es necesario darnos permiso para poder expresar lo que sentimos porque si no lo hacemos, bloqueamos el proceso…un proceso natural.
Para el duelo no hay tiempo, porque es una vivencia estrictamente personal. Por esto mismo, es bueno hacer rituales y todo lo que sea simbólico, ayudará para hacer todo lo que el virus nos impidió realizar, como despedidas acompañadas y el último beso final.
Este año, están en cuarentena los besos y los abrazos, pero no lo están…!el corazón y la generosidad!. Y por esto mismo, todos los años venideros, pero especialmente este que ya se va, es necesario, que mires hacia tu derecha y hacia tu izquierda, para brindar por las sillas que este año… ¡ocupadas están!.
En mi mesa ya hay unas cuantas sillas vacías, pero una muy especial. Es la silla de mi madre, vacía desde hace un año ya, pero que al volar hacia su destino final, nos dejó todos sus deseos, anhelos y paz, para que siempre que nos reunamos, pongamos en la mesa su silla vacía, vacía de su presencia física, pero es una silla llena de enseñanzas inolvidables para que nos haga compañía.
Este año, marcado por la COVID-19, con sus pérdidas y ganancias, porque así es la vida,
¡Brindemos por las sillas ocupadas!
Imagen aportada por @DesmárcateYa desde #Pixabay
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