Moho Asesino Alzheimer que puede causar Demencia

Moho asesino


Se trata de un caso de intoxicación por culpa de un moho negro que produce una toxina muy dañina. Puede ser utilizada como arma biológica. Se supone que también fue utilizada en la famosa “lluvia amarilla” durante la guerra del Vietnam.

Posteriormente, estas micotoxinas del moho negro se emplearon de nuevo por Saddam Hussein. Fue durante la guerra entre Irak e Irán. También se utilizaron en el Síndrome de la Guerra del Golfo.

Este tipo de arma biológica se cree que fue creada a partir de moho negro tóxico. La Unión Soviética la utilizó durante la Guerra Fría.

Síndrome de moho tóxico

Este moho negro provoca lo que se ha denominado Síndrome de moho tóxico. Es el conjunto de toda una serie de enfermedades muy graves. Éstas son causadas por la exposición a vapores tóxicos o micotoxinas que son liberados a partir de ciertos tipos de hongos. Se activan en condiciones de humedad (goteras persistentes), tanto en el exterior como en el interior. Cuando estos vapores o el polvillo en suspensión se inhalan, puede provocar el llamado síndrome de moho tóxico. Lo he mencionado anteriormente, y afecta a algunas personas.

LA HISTORIA DE RON ALLISON Y MELINDA BALLARD

El Moho Asesino que Causa Demencia tipo Alzheimer
Melinda Ballard está frente a su réplica de 12,000 pies cuadrados de Tara. Esta es la mansión de Lo que el viento se llevó en Dripping Springs. La casa ahora está completamente inhabitable, destruida por el moho. (Foto de Jana Birchum)

Melinda y Ron se conocieron. Tuvieron un flechazo. Tras un corto noviazgo, decidieron casarse. Llenos de ilusión, decidieron comprarse la casa de sus sueños en medio de las verdes colinas de Texas. Esta se encuentra alejada de la gran ciudad. La casa es una magnífica mansión. Está inspirada en la versión cinematográfica de Tara, la casa de “Lo que el Viento se llevó”. Está llena de columnas e impresionantes escalinatas, cuenta con 22 habitaciones, una laguna, caballerizas, y un bonito cenador. Todo ello, en 72 acres en Dripping Springs, en el estado de Texas.

Melinda y Ron eran una pareja privilegiada. Ella tenía su propia compañía de relaciones públicas. La había vendido en 1989, pero seguía trabajando en ella. Él era un asesor financiero.

Pruebas alérgicas

Al poco tiempo, Reese, el hijo de cuatro años de la pareja, parece tener un resfriado. Tiene problemas respiratorios y asma. Los médicos no encontraban nada malo. Las pruebas no eran concluyentes. Cuando se le hicieron las pruebas de la alergia, también salieron negativas. Pero, al cabo de un mes los síntomas se agravaron. Los problemas respiratorios se agudizaron con la aparición de sangre al toser. Con el tiempo, los síntomas pasaron a ser neurológicos, presentando desorientación. También hubo problemas estomacales, diarreas y vómitos. Abarcaba un amplio conjunto de enfermedades. El niño, que era muy despierto y ya conocía de memoria el abecedario, ahora sólo llegaba hasta la “d”. Fueron de médico en médico. Les decían que algo le pasaba al chiquillo, pero no sabían exactamente cuál era la causa.

Los médicos fracasaron y el equipo de médicos forenses y epidemiológicos, encargado del caso, no tuvo más suerte.

Vídeo

Posteriormente, Ron enfermó, quedándose en blanco mientras veía la televisión, y como si se encontrara en trance. También se extravía en el centro comercial. Olvidaba las cosas simples como dónde había dejado su tarjeta de crédito. No recordaba dónde había estacionado su coche, o incluso, del tipo de coche que tenía.

Decide ir al neurólogo. Éste le detecta un precoz Alzheimer de rápida evolución. Sin embargo, entraña una gran dificultad para precisar las causas. Soluciona sus lagunas de memoria con un pequeño ordenador de bolsillo. En ese dispositivo va anotando todas las actividades que debe realizar a lo largo del día. Pero, la enfermedad avanza deprisa y ya tiene problemas para mantenerse de pie, comienza a esputar sangre cuando tose. También pierde el 25 por ciento de la audición en un oído, y el daño parece ser permanente.

La respuesta a sus dudas la encontraría Melinda Ballard en un viaje a Arkansas. Cerca de su asiento en el avión se encuentra Bill Holder. Melinda se estaba quejando con sus compañeros de viaje de los extraños problemas de salud que estaba atravesando su familia. De repente, Melinda se sintió indispuesta y empezó a toser y esputar sangre.

¡No tengo ni idea!

Bill Holder, preocupado, intervino en la conversación y le preguntó: “¿Señora, qué es lo que le pasa?” “¡No tengo ni idea!” –le contestó Melinda–. Entonces, el hombre le preguntó si tenía alguna gotera en su casa. Ella le respondió que sí. Dijo que tenía varias goteras. Le dijo a Holder que un mes antes había tenido una gotera en su casa. Esta gotera provocó que se levantara el suelo de madera.

Un fontanero había reparado la gotera. Esta se encontraba en la tubería que iba a la máquina de cubitos de hielo de la nevera.

Holder era propietario de una empresa dedicada a purificar el aire de casas y edificios. Empezó a sospechar que un moho podía estar causando los problemas de salud de la familia.

Pero, Melinda descartó esta posibilidad. Ella siempre mantenía su casa impecable. Además, ningún miembro de su familia padecía alergia alguna. Se realizaron las pruebas de alergia. Los resultados fueron negativos, descartándose así la posibilidad de una reacción alérgica a los mohos.

Stachybotrys chartarum

Durante la conversación en el avión, Holder le menciona a Melinda que el moho tóxico es un veneno. Este veneno se llama Stachybotrys chartarum. Puede crecer en ambientes interiores húmedos y, a menudo, se le asocia con el síndrome del edificio enfermo. Éste medra en materias mojadas y ricas en celulosa y también puede flotar en el aire. Le enumera toda la serie de síntomas con los que se acompaña.

  • Problemas respiratorios, tos, dificultad para respirar, edema pulmonar, hemorragia pulmonar.
  • Dolores de cabeza, disminución de la capacidad de atención, dificultad de concentración y mareos, deterioro en la capacidad de aprendizaje.
  • Alergia en personas susceptibles al moho como lagrimeo, picazón, estornudos, irritación de garganta.
  • Inflamación en la piel, erupción, comezón, resfriados, fiebres, nauseas y vómitos.
  • Cansancio, fatiga y debilidad, dolores musculares.

El hombre sospecha que el moho se podía encontrar detrás de las paredes o en alguna parte de los techos.

El Moho Asesino que Causa Demencia tipo Alzheimer

Previniendo posibles contagios, Ron y Melinda optan por abandonar la casa. Deciden instalarse en las habitaciones que había encima de la cochera. Aún después del traslado, los problemas neurológicos de Ron seguían empeorando. Por ejemplo, en la oficina, cuando atendía a una llamada telefónica, a los pocos minutos ya se había olvidado. Se olvidaba por completo de todo lo que había dicho y oído.

Universidad de Texas

Melinda Ballard contrató a investigadores para llevar a cabo varias pruebas. Uno de ellos fue David Straus, profesor de microbiología e inmunología en la Universidad de Texas. Estuvo como una media hora dentro de la casa. Fue uno de los mayores errores que cometió, según su opinión. Estuvo hablando con el señor Holder. En seguida, se encontró mal y tuvo que salir. Cuando se encontraba en la puerta, padeció un desmayo. Al primer paso, no conseguía mantenerse en pie sin la ayuda de las personas que lo acompañaban.

Los científicos comienzan a pensar en la posibilidad de que el moho tóxico haya invadido la casa. Además, está enfermando a la familia. Ahora se plantean la cuestión de cómo eliminarlo de la vivienda. Para que crezca un moho, tiene que haber humedad en lugares inadecuados. También debe haber celulosa. Esta suele encontrarse en muchos materiales de construcción. Además, se requiere la temperatura apropiada y oxígeno.

Agua y algún tipo de fuente de alimentos orgánicos

Nuevamente, Melinda le pidió a Holder que inspeccionase su casa para ver si encontraba algo sospechoso. Los expertos investigaron el baño, la cocina y todas las estancias susceptibles de padecer humedades. Melinda les comentó que hacía poco el frigorífico había tenido una filtración de agua que procedía del cuarto de baño. Habían llamado al seguro y éste la había arreglado. Pero el Dr. Straus, al escuchar la revelación de Melinda, pensó que había encontrado la fuente del moho.

Este moho prolifera más comúnmente como resultado de daños por agua. «Se necesita agua y algún tipo de fuente de alimentos orgánicos», dijo el Dr. Straus, quien se encuentra en Texas Tech University. «A ellos les gusta de celulosa», agregó. «La mayoría de los materiales que utilizamos para la construcción de viviendas son ideales para este moho asesino.» Esto incluye placas de yeso y falsos techos de madera. A este moho le encantan los paneles de madera. También le gustan esos prefabricados que hoy en día se usan tanto en la construcción.

Las muestras obtenidas se analizaron en el Texas Tech University Health Sciences Center. Los científicos trataron las muestras allí. Después, las observaron bajo un microscopio de gran aumento.

Mohos inofensivos vs Mohos dañinos

La mayoría de los mohos que existen en las casas suelen ser inofensivos. Sin embargo, esto no fue el caso del moho encontrado en la casa de Melinda y Ron. Era un moho tóxico y potencialmente mortífero, conocido científicamente con el nombre de Stachybotrys. Según los expertos, hay esporas de Stachybotrys en muchos materiales de construcción. Mientras esos materiales permanezcan secos, las esporas no representan ningún problema para la salud. Pero cuando las esporas entran en contacto con el agua de una gotera, están en un ambiente húmedo. Por ejemplo, ese ambiente también es oscuro. Se encuentran junto a materiales con celulosa, paneles de escayola o falsos techos. Las esporas empiezan a multiplicarse con mucha rapidez y producen un polvillo altamente tóxico llamado micotoxinas. Estas se encuentran en el exterior de las esporas. Cuando las inhalamos, pasan del moho a los pulmones.

Esporas microcópicas

Los mohos se reproducen mediante esporas microscópicas. No se pueden limpiar de la superficie. Al hacerlo, se liberarían miles de esporas al aire. En lugar de eso, hay que retirar todas las partes contaminadas del edificio. Después, se deben meter en bolsas de plástico y cerrarlas herméticamente. Luego, hay que deshacerse de ellas.

Una vez descubierta la causa, los científicos observaron la contaminación generalizada por esporas en la vivienda. Por ello, recomendaron a la pareja abandonarla inmediatamente. Debían hacerlo hasta que fuera descontaminada. Esto era para evitar futuros contagios y no llevarse nada con ellos ante el peligro de contaminación.

La aseguradora de la casa, STATE FARM, tuvo conocimiento de los desperfectos por humedades. También supo de la existencia de moho negro. Entonces, envió sus peritos. La entidad, en vez de actuar con prontitud, empezó a negociar con los asegurados, buscando pagar lo menos posible. Mientras tanto, el tiempo pasaba. No se ponían de acuerdo. La Compañía aseguradora quería seguir investigando, mientras que Melinda y Ron querían empezar con las reparaciones. Las investigaciones y las disputas por establecer una cantidad se prolongaron durante dos años.

Irrecuperable

Cuando se quisieron dar cuenta, la casa era irrecuperable. La humedad y el moho negro habían invadido todo. Acceder a la vivienda era imposible sin protecciones integrales adecuadas, ya que las esporas peligrosas estaban por todos lados.

Estos edificios nunca se curan solos; si se abandona un edificio infectado, éste va a peor. Ahora la cuestión que se planteaba era si se podría salvar la casa. Por eso, la pareja quiso arreglar inmediatamente la avería, pero la Compañía aseguradora se negó. La pareja volvió a insistir, pero esta vez por escrito. Pidieron que les dejara comenzar las reparaciones lo antes posible, o por lo menos ir retirando los suelos dañados. Sin embargo, la Compañía les dijo que si hacían alguna reparación antes de que terminara la investigación, perderían el seguro.

Los científicos dicen que la mayoría de los mohos de las casas son inofensivos. Sin embargo, en el caso del Stachybotrys, es necesario retirarlo rápidamente. El coste de su eliminación se estimó en un millón de dólares, y la Compañía aseguradora ofrecía menos de 200.000 dólares. Mientras las dos partes intentaban llegar a un acuerdo, los expertos encontraron 13 fugas de agua. Una gotera más en el tejado agravaba aún más la contaminación por Stachybotrys.

Demolición

Los expertos recomendaron que se demoliera toda la casa. Sin embargo, era peor el remedio que la enfermedad. Con el derribo se temía la dispersión de las esporas por toda la región. Por eso, se desestimó.

Melinda y Ron presentaron una demanda contra la Compañía Aseguradora. Ellos demandaron por la pérdida de su propiedad. La causa fue la invasión del moho venenoso. En la demanda se argumentaba que la Compañía Aseguradora conocía los grandes riesgos. También debía conocer los grandes riesgos. Estos riesgos conllevan grandes demoras en obras o reparaciones de las casas y edificios.

Se probó que Ron Allison se contaminó con las micotoxinas que respiraba en su propia casa. Su defensa mostró estudios epidemiológicos. Estos estudios evidenciaron la relación entre el tricoteceno y las funciones cerebrales. Esta tóxina está presente en el moho del Stachybotrys.

STATE FARM

La pareja reclamó a STATE FARM el valor de la casa y los terrenos, valorados en 6 millones de dólares. Hicieron esto por la pérdida total de la casa y los terrenos circundantes, y también consideraron los perjuicios consecuentes. La aseguradora les ofrecía menos de 200.000 dólares. El jurado tardó casi tres días en llegar a un veredicto. No fue por los 6 millones que reclamaban Ron y Melinda; el jurado decidió indemnizarlos con 32 millones de dólares. La sentencia está pendiente de apelación. En junio de 2001, un jurado otorgó a la pareja 32 millones de dólares. También cargó los costes del juicio a la aseguradora. El caso es importante para el tema de moho tóxico. Esto se debe a que fue el primer punto de vista sobre las enfermedades posibles. Estas enfermedades están relacionadas con el moho tóxico como una condición.

Desde entonces, las reclamaciones de seguros y demandas se han multiplicado. Los constructores se están preparando para lo peor, y las aseguradoras también se están preparando para lo peor.

La pareja y su hijo sufrieron enfermedades graves. Ron Allison sufrió los efectos más graves del moho tóxico. Esto le provocó problemas neurológicos. Debido a lo mal que se encontraba, no pudo mantener su trabajo como asesor financiero.

La magnífica casa que un día fue un hogar maravilloso está en la actualidad abandonada. Ha sido objeto de saqueo en varias ocasiones.

Melinda y Ron esperaban que los problemas de salud desaparecerían cuando abandonaran la casa, pero no fue así.

Ron aprende a vivir con sus problemas de memoria. Introduce su horario en su ordenador de bolsillo todos los días. Además, depende de las alarmas para poder estar al día.

Un hombre brillante

Ron era un hombre brillante, con un futuro prometedor. Ahora lleva un librito de notas en el bolsillo. Tiene el número de su teléfono, de su casa y de la matrícula de su coche allí anotados. No es un vegetal, ni nada parecido; ha quedado afectado de manera muy grave por todo lo que ha pasado. Adora a su hijo y, cuando habla de él, se olvida del nombre del pequeño. El pequeño siguió sufriendo ataques de asma y continuó teniendo problemas de aprendizaje.

Policyholders of America (POA)

Melinda consiguió salir adelante sin problemas de salud. También están investigando por qué razón a ella le afectó menos el moho. Quería que todos los ciudadanos supieran sobre los derechos que tienen. Estos son derechos que les asisten si tienen problemas con las fugas de agua. Por eso, creó su propia página web, Policyholders of America (POA), una página muy interesante cuya presentación deja este comentario: Viene a decir que es una asociación sin ánimo de lucro que lucha contra la mala fe de las compañías de seguros…

“De ninguna manera, POA no actúa de mala fe contra las aseguradoras. Sin embargo, es una realidad y rara vez Comisionados de Seguros castigan esta práctica común. Hasta que eso cambie, POA seguirá ayudando a los miembros. Encontrarán maneras nuevas y creativas para combatir las actuaciones de mala fe en seguros y fraudes.

Fuente: «El Blog de Catalina«

https://catalina-elblogdecatalina.blogspot.com/2011/07/el-enemigo-silencioso.html

https://www.austinchronicle.com/news/2003-03-21/150675 (En Inglés)


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