Quédate más tiempo, David Viñas Piquer

Editorial Destino

Quédate más tiempo, de la Editorial Destino, nace de la perplejidad de un hijo que intenta comprender cómo funciona una enfermedad que está llevándose a su madre no se sabe bien adónde. Se trata del alzhéimer. En medio del desconcierto, el hijo va descubriendo algunos misterios que la ciencia no explica o explica insatisfactoriamente. Las preguntas se multiplican, pero las respuestas no terminaban de llegar.

Los médicos hacen todo lo que pueden por Pepita Piquer, pero ese “todo” es muy poca cosa para un hijo y por eso él se pregunta a sí mismo qué puede hacer por su madre. Así nace la idea de escribir sobre ella y, sobre todo, la idea de escribir no exactamente sobre el alzhéimer, sino contra el alzhéimer. El cambio de preposición es fundamental aquí. A través de la literatura, el hijo quiere plantarle cara a la enfermedad y tratar de neutralizar sus efectos. Quiere salvar lo que el alzhéimer está robándole a su madre: sus recuerdos, que es tanto como decir su vida.

En la base de esta aventura literaria está el convencimiento de que la literatura tiene el poder de detener el tiempo, de congelarlo. El alzhéimer se ha aliado con el tiempo y, a medida que uno avanza, el otro va robando más memoria. Por eso David, el narrador, escribe esta novela para congelar los recuerdos de su madre y lograr que se mantengan intactos para siempre. Ya está: nadie puede modificarlos o borrarlos. El alzhéimer no puede hacer nada contra la literatura.

La residencia

David y sus tres hermanos se ven obligados a llevar a su madre a una residencia geriátrica para que estuviera bien cuidada, y allí descubren un material muy interesante para ser explotado literariamente. Desde el primer momento, David, que es profesor de literatura en la universidad, proyecta una mirada literaria sobre los residentes que conviven con su madre y los convierte en personajes de novela. Decide hacerlos pivotar alrededor de quien, por su puesto, tiene que ser la protagonista: su madre. Entre esos residentes, destacan la irónica Dolors, cuyos comentarios impertinentes arrancan sonrisas a muchos lectores, y Jacob y Raquel, protagonistas de una entrañable historia de amor.

La novela es también un homenaje al mundo de las residencias y a quienes con gran entrega intentan que la estancia allí dentro sea lo más llevadera posible. Gestores, médicos, enfermeras y, muy especialmente, auxiliares, reciben un trato cariñoso y el narrador no esconde en ningún momento su profunda admiración por todas esas personas.

Quédate más tiempo está escrita en forma de fragmentos que dialogan entre sí y van generando ecos en la mente del lector. La forma fragmentaria facilita un recorrido ágil e invita a leer la novela en pocas sesiones de lectura. Los fragmentos son en sí mismos estáticos, pero la conexión que se establece entre ellos permite una progresión narrativa y esto hace que, en la novela, se puedan seguir varias historias. En concreto, se advierten tres líneas narrativas: una línea centrada en la enfermedad de la madre y en la recuperación de sus recuerdos, una línea que muestra una historia de amor entre dos residentes (Raquel y Jacob), y finalmente una línea que se presenta en forma de autoficción y en la que, en un ejercicio de «work in progress», se va contando cómo se construye la novela.

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Con humor mejor

Esta es la propuesta de Quédate más tiempo. Añadiendo a todo ello, además, una importante dosis de humor, porque se ha querido evitar a toda costa caer en un patetismo fácil y edulcorado. El humor tiene siempre un efecto terapéutico porque nos ayuda a aflojar la tensión acumulada en ciertas ocasiones, y David Viñas (el autor real ficcionalizado también en narrador) trata de demostrar que podemos reírnos de todo (o de casi todo) si lo hacemos con una cierta elegancia y buen gusto. En el fondo, lo que se hace en esta novela es reírse del alzhéimer en su propia cara para desconcertar a quien tanto nos desconcierta. Si la enfermedad quiere hacernos sufrir y llorar, reírse de ella puede funcionar como un acto de venganza.

Este homenaje a una madre se hace sin olvidar nunca que se trata sobre todo de un homenaje literario, de manera que el autor se ocupa, en primer lugar, de escribir una obra que aspira a lograr un cierto valor estético, pero luego trata de dar al caso concreto de Pepita Piquer un tratamiento que permita volverlo totalmente transferible para que mucha gente con familiares o amigos afectados por el alzhéimer puedan sentirse identificados y proyectar sobre sus circunstancias personales las situaciones descritas en la novela. Y hay que reconocerlo: funciona.

He tenido el gusto de tener una conversación con David Viñas Piquer, y de ahí me inspiró para hacer este artículo. David, además de simpático es, entre otras cosas, buen escritor, Profesor de Teoría de la Literatura i Literatura Comparada y Director de la Universitat de l’Experiència. Le podéis encontrar en Redes Sociales, y si buscáis en Google hay muchos artículos. Aquí os dej0 el enlace a Instagram, y alguna cosa más!

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Jesús Tj

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