Neurólogos reclaman unidades específicas para tratar el alzheimer
El abordaje diagnóstico y terapéutico debe valorar los aspectos cognitivos, conductuales y psicológicos
Cristina Mouriño. Barcelona
Según los expertos reunidos en el VI Seminario sobre la enfermedad del alzheimer “De la memoria a la conducta”, organizado por Lundbeck en Barcelona, más del 90 por ciento de los enfermos de alzheimer tienen al menos un trastorno de la conducta, pero no todos presentan la misma gravedad. La apatía, la irritabilidad, la depresión y la agitación son los trastornos más frecuentes. En algunas fases de la enfermedad, sobre todo en las más avanzadas, éstos pueden predominar sobre los síntomas cognitivos y tener mayor impacto en la calidad de vida del enfermo y su entorno.
Para José Luis Molinuevo, neurólogo del Hospital Clinic de Barcelona “los síntomas conductuales y psicológicos de las demencias no son complicaciones del proceso patológico sino manifestaciones propias como lo son los síntomas cognitivos”. “En este sentido, los trastornos de la conducta han sido siempre relevantes, aunque en la actualidad se les da más importancia porque sabemos que son un factor pronóstico condicionante de la evolución de la enfermedad”.
Para abordar los trastornos de la conducta los neurólogos han coincidido en señalar que hay que hacerlo de manera escalonada con tres pasos fundamentales: en primer lugar, se debe realizar un diagnóstico correcto de cada síntoma, estudiando el contexto social-familiar.
En segundo lugar, hay que decidir si se tratan o no los síntomas. Según ha destacado Pablo Martínez-Lage, neurólogo de la Fundación ACE, “el primer abordaje debe ser no farmacológico, se debe intentar corregir los posibles desencadenantes de los síntomas y si éstos fallan se ha de decidir el tratamiento farmacológico”.
Para los expertos en la enfermedad del alzheimer “es clave para el futuro que el abordaje diagnóstico y terapéutico valore los aspectos cognitivos, conductuales y psicológicos, pero también lo social. Pero todo ello siempre de una manera individualizada, sobre todo en las fases más avanzadas de la enfermedad”. En este sentido, tanto neurólogos como geriatras reclaman el desarrollo de unidades específicas para tratar esta enfermedad, ya que según Martínez-Lage, “hasta ahora no se han desarrollado las infraestructuras sanitarias clave”.
“La situación ideal es que los enfermos con demencia sean atendidos por unidades especializadas con equipos multidisciplinares no sólo integrados por neurólogo-psiquiatra-geriatra sino también por enfermería, psicología, psicopedagogía y trabajo social. Siempre en estrecho contacto con Atención Primaria; eso es lo ideal”, ha destacado Martínez-Lage.
“Cuidar no es asistir”
Para Humberto Kessel, geriatra del Hospital Torrecárdenas de Almería, “los síntomas del comportamiento en la enfermedad del alzheimer son muy disruptivos, es decir, de aparición brusca, por lo que distorsiona el ritmo de la vida familiar”.
Kessel ha señalado que “es importante que la opinión pública sepa que una cosa es cuidar y otra cosa es asistir”. “El anciano debe estar en el sitio justo el tiempo justo” ha continuado. “Por ello, ha concluido, es fundamental determinar de una manera profesional la necesidad de los cuidados en cada momento para decidir quién, cómo y dónde debe estar el enfermo”.
En la imagen: Pablo Martínez-Lage, José Luis Molinuevo, Coral Larrosa, moderadora del seminario, y Humberto Kessel.
fuente: redaccionmedica.es
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