La deficiencia de ácido fólico puede estar relacionada con la enfermedad de Alzheimer, según una evidencia derivada del famoso estudio epidemiológico sobre el envejecimiento (» The Nun Study»), realizado en el convento de monjas de Notre Dame, en Mankato (Minnesota) y en otros conventos de la orden -en marcha desde hace 15 años-, dirigido por el Dr. David A. Snowdon y dado a conocer en Mayo de 2001.
Para conseguir buenos niveles sanguíneos de ácido fólico, coma verduras y especialmente, por su elevado contenido en esta vitamina, los espárragos, ya sean al horno o a la plancha.
El hallazgo ha sido que la monjas fallecidas sin enfermedad de Alzheimer, o con signos mínimos de esta enfermedad, presentaban en sangre los niveles más elevados de ácido fólico.
En un estudio dado a conocer en el año 1998 ya se conocía que los pacientes con Alzheimer tenían valores bajos en ácido fólico en sangre, por lo que este último hallazgo confirma la relación entre Alzheimer y déficit de ácido fólico.
Dado que el ácido fólico puede introducirse con facilidad en la dieta, debido a su presencia en muchos vegetales (guisantes, espárragos, coles de bruselas, brócoli, espinaca, etc.), estos hallazgos son una razón más para insistir en la conveniencia de aumentar el porcentaje de verduras en nuestras dietas.
Según las recomendaciones del gobierno norteamericano, la cantidad óptima de ácido fólico -o folatos- en la dieta debería ser de 400 microgramos por día, que es la cantidad que se encuentra en la mayoría de los suplementos polivitamínicos. Los espárragos verdes son especialmente ricos en ácido fólico, sobre todo si se comen preparados al horno o a la plancha.
Para más información:
New York Times
American Journal of Clinical Nutrition
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