Aumentan los casos de Alzheimer
La pérdida de la memoria es el principal síntoma de la enfermedad. En la zona sur de Tamaulipas hay casos de hombres que apenas tienen 35 años de edad y ya la presentan.
Tampico.- En un comienzo se olvidan pequeñas cosas, como dónde se han colocado unas llaves o qué palabra utilizar para decir una frase. Los primeros síntomas del alzheimer pasan desapercibidos. Es un padecimiento que llega silencioso y hace vivir a las personas entre el recuerdo y el olvido.
En la zona sur de Tamaulipas se tiene un registro de más de 200 individuos con esta enfermedad. Cada cuatro años se duplica el número de casos porque la calidad de vida, la alimentación y los cuidados que tiene el ser humano, han propiciado que se incremente el promedio de longevidad.
“Mientras más se vive, más se es propenso a adquirir ciertas patologías. Antes la gente tenía un promedio de vida de 50 a 55 años y ahora es de 70 a 75 años. Del 100 por ciento de las demencias que existen, el 60 por ciento corresponde al alzheimer. A escala mundial hay más de 24 millones de casos de esta afección”, indicó Martha Ruth de los Ríos Coria, médico rehabilitador de la Casa Alzheimer Florentino Terán Ramón.
El Alzheimer es una de las muchas enfermedades del sistema nervioso central –compuesto por el cerebro y la médula espinal- y tiene una afección principalmente en el área cognoscitiva, es decir, afecta las enseñanzas adquiridas con el paso del tiempo.
“El paciente va olvidando las instrucciones inmediatas, las que acaba de aprender y recuerda las que vivió en su infancia; por eso las personas que tienen este problema refieren muy bien a familiares o sucesos que ocurrieron en la niñez”.
Este problema de salud afecta principalmente a personas mayores de 60 años, aunque hay registro en la zona sur, de casos de hombres que apenas tienen 35 años de edad.
Los individuos que tienen este trastorno sufren pérdida de la memoria, cambios de carácter, alteración en la capacidad de razonamiento, pérdida del apetito, olvidan cómo caminar, moverse, comer e ir al baño. Presentan una reclusión, no se mueven, dejan de participar en actividades, comienzan a registrar una hipotrofia muscular – disminución en el volumen muscular- y limitación en los movimientos articulares.
“Las articulaciones comienzan a pegarse, se forman contracturas y empieza a ser difícil su marcha por el mismo desgaste que existe en las articulaciones”, explicó la también docente de la carrera de Profesional Asociado en Rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
Este padecimiento es progresivo y no tiene cura, pero existen medicamentos y tratamientos que retrasan el proceso degenerativo, así como terapias de rehabilitación que preparan a los sujetos para poder recuperar nuevamente su marcha. En la rehabilitación se realizan movilizaciones pasivas o activas asistidas.
Esto significa que los enfermeros y médicos trabajan totalmente con los músculos, o los pacientes son guiados en los ejercicios para hacer que los músculos trabajen. Se utilizan aparatos de electroterapia para propiciar que los músculos recuperen su tono y aumenten su potencia, así como bicicletas y pelotas para mejorar el control del equilibrio del tronco y del pie.
Para prevenir esta afección se recomienda ejercitar la memoria y la función intelectual, además de mantener una dieta equilibrada baja en grasas, evitar las cargas fuertes de trabajo y el estrés.
“Un paciente con esta enfermedad debe tratarse con mucho amor. Independientemente de todas las terapéuticas que existen tanto médicas como en el área de rehabilitación, la base para mejorar la calidad de vida y la capacidad física de estas personas es el amor”, finalizó Martha Ruth de los Ríos.
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