Experiencia y sabiduría. Estas dos palabras encierran las principales cualidades que, según un 76,8% de la población, aportan a la sociedad las personas mayores de 65 años. Unas estadísticas que contradicen la realidad. Pese a que muchos reconocen el valor de los mayores, sólo una de cada cuatro personas (24,3%) cree que la sociedad se comporta bien con ellos.
Por AZUCENA GARCÍA El último barómetro elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reserva un espacio especial a las personas mayores de 65 años. Intenta acercarse a la imagen que el resto de la sociedad tiene de ellas y, en su empeño, revela interesantes contradicciones. Por ejemplo, casi un 27% de la población no está de acuerdo con la idea de que las personas mayores son difíciles de tratar. Incluso, un 45,1% cree que compartir momentos con ellas es un motivo de satisfacción. Por otro lado, cuando se pregunta por las cualidades, no hay duda: casi ocho de cada diez personas eligen la experiencia y la sabiduría como principales valores de los mayores.
Las personas mayores han de ser conscientes de su valor y reclamarlo
Sin embargo, algunos de estos datos se quedan en papel mojado. En la práctica, un 39,2% reconoce que nunca va al cine, de compras o a espectáculos con quienes superan los 65 años y un 21% afirma que lo hace ocasionalmente. Como conclusión, la mitad de la población encuestada considera que la sociedad se comporta «regular» con las personas mayores y sólo una de cada cuatro cree que lo hace «bien».
Privilegios de ser mayor
La Guía de Mayores de CONSUMER EROSKI ofrece información detallada sobre cómo atender mejor a nuestros mayores. Entre otras cosas, recomienda la adaptación del entorno a sus necesidades y ayuda a fomentar su autoestima y autonomía. Pero el interés por mejorar la calidad de vida de las personas mayores es compartido. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha editado diversos folletos para aprender a envejecer. En ellos, reclama el respeto y cuidado digno que las personas mayores merecen. Considera que las experiencias y conocimientos adquiridos con los años son un «privilegio» y, en ningún caso, el paso del tiempo ha de verse como una carga.
Para esta entidad, las personas mayores no pueden quedarse «pasivas» ante situaciones en las que consideran que no reciben un trato digno. Han de ser conscientes de su valor y reclamarlo. Por ello, les anima a tomar decisiones sobre los asuntos que les atañen, a tener siempre «la última palabra» y a mantenerse activos. «Cada uno de nosotros podemos hacer mucho para que los demás nos respeten«, advierte.
Participación social
Mantener la actividad es, hoy en día, una prioridad de los centros sociales para mayores. Su oferta de actividades se ha diversificado para fomentar la dinamización y participación social de este grupo. Dos cuestiones en las que, según el Consejo de Personas Mayores de Asturias, hay que avanzar más hasta «promocionar nuevos programas que sintonicen con la realidad actual y pongan de manifiesto el potencial y los amplios intereses del conjunto de las personas mayores».
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Se deben impulsar actitudes positivas hacia el envejecimiento
No sólo hay que atender las necesidades y preferencias de estas personas, sino también promocionar la cultura, la formación y el acercamiento a las nuevas tecnologías e impulsar su integración en la comunidad, así como actitudes positivas hacia el envejecimiento -la encuesta del CIS destaca que casi el 36% de la población lo relaciona con dependencia y el 27,7% con enfermedad-.
En esta línea, los programas y experiencias de intercambio generacional resultan muy útiles, ya que están pensados para crear espacios de encuentro entre generaciones, «para contribuir al acercamiento, respeto y dignificación de las diferentes etapas de la vida», explica el Consejo. Los mayores pueden transmitir valores y experiencias muy importantes a las nuevas generaciones.
Más de 7 millones
El número de personas mayores supera actualmente al de niños menores de 14 años
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del Padrón Municipal de Habitantes de 2007, en España residían, a 1 de enero del pasado año, 7.531.826 personas de 65 y más años. Aproximadamente, el 16% de la población total. El número de personas mayores aumenta progresivamente, al tiempo que se constata «un evidente envejecimiento» de las personas de más edad, tal como recoge el informe 2006 «Las personas mayores en España», del Observatorio de Personas Mayores del IMSERSO.
Este estudio subraya la inversión demográfica que se ha producido en los últimos años, de modo que, el número de personas mayores supera actualmente al de niños menores de 14 años (6.480.832). Por su parte, los datos de Naciones de Unidas apuntan a que los países desarrollados, que en el año 2000 contaban con un 15% de población de 65 y más años, alcanzarán en 2050 alrededor de un 25,9% (27,6% en Europa).
Ante estas cifras, parece clara la necesidad de prestar atención a la población mayor para mejorar la convivencia y facilitar la experiencia del envejecimiento. Hay que trazar los cauces que permitan a las personas de más edad mantenerse activas, responder a sus preferencias y potenciar su participación en la sociedad, porque sólo con los cambios llegarán los avances.
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