Cámaras de gas, por favor
Parece ser que la solución a la actual crisis económica en España no se podrá resolver sin actuar contra el bienestar de los mayores: congelación de las pensiones «sine die«, jubilación a edad más avanzada y cálculo de las pensiones con base en los últimos 20 años cotizados en vez de en los últimos 15, de momento.
Según algunos economistas, el incremento del número de ancianos en nuestra envejecida sociedad no permite al Gobierno concederles una vida tan confortable como la que disfrutaban (había que preguntar a muchos pensionistas cuán confortable es su vida), asi que se aprovecha el río revuelto de la crisis para acometer estos impopulares cambios.
Dichas medidas, en realidad, vienen a castigar a los viejos por ser muchos, a la vez que la medicina se esfuerza por mantenerlos con vida a toda costa y que los politicos se congratulan de la «conquista» que representa la longevidad en las sociedades avanzadas. Todo tan disparatado como estamos acostumbrados a ver en los tiempos que corren, en que abunda la falta de criterio, de reflexión, de talento y de honradez.
De modo que los mayores se encuentran con que se verán avocados a llegar a edades muy avanzadas pero con una muy mermada calidad de vida, definida por la obligación de seguir trabajando cuando ya se está achacoso y minusvalorado en la empresa y por la escasez de recursos que impone una pensión mínima y congelada.
Ante este estado de cosas que se nos viene encima, los jóvenes y maduritos no protestan porque, en su sopor mental, están convencidos de que la vejez no va con ellos; los mayores no tienen ya fuerzas para salir a romper farolas y las organizaciones de mayores están muy ocupadas entregando premios a los jubilados que escriben cuentos.
Vale que no se pueda ya atender a la vejez como ésta merece pero entonces, el gobierno debería crear modernas y confortables cámaras de gas de diseño para que los pobres ancianos que ya estén hartos de políticos, banqueros, economistas y otras monsergas, pudieran acudir para descansar en paz de una vez sin necesidad de tirarse por un balcón, que es muy sucio.
Viernes, 8 de Octubre de 2010
María Jesús Morala, Directora de comunicación de Afal Contigo
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