El uso de los antipsicóticos en enfermos de Alzheimer está a la orden del día. 180.000 personas con demencia los reciben para tratar sus trastornos del comportamiento… un cuarto de la población afectada por esta enfermedad. Solo 36.000 enfermos sacaron beneficios de la terapia. 1.800 personas murieron al año superando las previsiones, y 1.620 sufrieron efectos segundarios, por ejemplo ictus. ¿En España? No, en Inglaterra.
Son datos publicados hace poco por el Pr Sube Banerjee, del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres. Este trabajo fue encargado al muy oficial “Health Department of England”
Una receta de rutina para calmar a los enfermos y residentes
Aparecen los antipsicóticos como una receta de rutina cuya finalidad es controlar la agitación y la agresividad tan frecuentes en la enfermedad de Alzheimer. Casi el 70 % de les residentes son “antipsicotizados” con el único objetivo de no perturbar la colectividad en la cual viven a través de sus gritos, sus llantos, sus agresiones verbales….
Aunque los antipsicóticos pueden disminuir ciertos trastornos de la conducta, sus efectos negativos son más importantes que sus beneficios terapéuticos, concluye el Pr Banerjee.
Una prescripción masiva a pesar de las recomendaciones oficiales
Así el NICE (National Institute of Health and Clinical Excellence) publicó “guidelines” de uso y recomienda evitar el recurso a los antipsicóticos (clásicos o atípicos) para tratar síntomas no cognitivos de la enfermedad y trastornos del comportamiento a menos que conlleven un peligro para el enfermo y su entorno. Recomienda también de no recetarlos sin consulta previa del enfermo y/o de su cuidador explicándoles los posibles beneficios y los importantes riesgos del tratamiento.
A pesar de estas recomendaciones, persiste su uso masivo en enfermos cuyo estado no justifica estos fármacos. Las recomendaciones del NICE son claras: se deben utilizar estos fármacos únicamente cuando son realmente necesarios”. La problemática es que el mundo hace caso omiso de estas guías.
Una prescripción masiva que no se limita a Inglaterra.
La segunda parte del informe “independiente” del Pr Banerjee está dirigida a otros países donde se repite la misma situación. Concluye que la problemática existe a nivel mundial.
Por lo menos, el Gobierno inglés se tomó a pecho las conclusiones y recomendaciones del informe y elaboró un plan nacional de acción cuyo primer paso fue la nominación de un “National Clinical Director for Dementia”. Acaba de elegir al Pr Alistair Burns (Manchester) para desarrollar esta responsabilidad.
Algo se mueve en el reino de Inglaterra. ¿Y en el Reino de España?
Jacques Selmès, Secretario de la FAE y Ex Presidente de Alzheimer Europe
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