El Alzheimer y sus Fases o Etapas
A medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian se provoca el deterioro de la memoria, orientación, juicio, lenguaje, personalidad y conducta, interfiriendo con la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria.
El curso de la enfermedad varía de una persona a otra, como media se podría decir que los pacientes viven unos 8-10 años tras el diagnóstico, aunque en algunas ocasiones los pacientes pueden sobrevivir hasta 20 años después del diagnóstico.
Afecta a cualquier persona independientemente de sexo, nivel de estudios o inteligencia, ocupación, raza, clase social, etc. Su comienzo es impredecible y evoluciona de manera diferente en cada caso.
En la actualidad se considera que unos 25 millones de personas en el mundo padecen la enfermedad de alzhéimer, y probablemente en los próximos 20 años, se registrarán unos 70 millones de nuevos casos. Afortunadamente esta tendencia se acompañará de mejorías en los tratamientos para esta patología, lo que abre una puerta a la esperanza.
El Alzheimer pasa por diferentes fases
Etapa inicial o Fase 1:
Se presenta una sintomatología ligera o leve, el enfermo mantiene su autonomía y sólo necesita supervisión cuando se trata de realizar tareas complejas. Algunos pacientes son conscientes de las dificultades que tienen lo que les genera frustración y ansidead. No se aconseja en esta etapa un cambio en el entorno habitual.
En esta fase se debe ir preparando a los familiares y al propio paciente de lo que está por venir, para que tomen las decisiones pertinentes sobre su futuro.
En este periodo debe hacerse el diagnóstico y valorarse el inicio del tratamiento con algunos fármacos, que podrían frenar la evolución de la enfermedad.
Se recomienda que el paciente se mantega activo, por lo que se deben fomentar las aficiones habituales, la actividad física, excursiones, viajes, labores, costura. Insistir en la lectura y escritura de acuerdo con sus capacidades y preferencias, realizar pasatiempos que estimulen la atención y concentración, dar cierta responsabilidades también sirve mucho.
Etapa intermedia o fase 2:
Los síntomas son de gravedad moderada, en este etapa el enfermo depende de un cuidador para realizar las tareas cotidianas. Las alteraciones cognitivas son muy obvias y ya no existen dudas sobre su diagnóstico. El paciente es incapaz de trabajar, se pierde y se muestra confuso con facilidad.
El lenguaje suele alterarse, sobre todo la capacidad de comprender lo que les decimos y la de dar nombre a los objetos.
Es incapaz de realizar actos motores secuenciales como vestirse, comer o copiar figuras geométricas. Hay dificultad para hacer cálculos sencillos o determinar la hora. Son frecuentes también las alucinaciones y los delirios.
-En la fase intermedia, se debe usar un lenguaje más simple y concreto, con palabras sencillas, de uso coloquial, y frases cortas.
-Elegir temas del interés del paciente en los que pueda participar.
-Mantener el contacto visual y darle el tiempo que necesite para pensar las respuestas. Los gestos y las expresiones corporales pueden ayudar.
-Evitar enojarse o desesperarse con el paciente.En esta fase es importante también organizar las actividades cotidianas para facilitar la vida del paciente.
Etapa terminal:
Se refiere a un estado avanzado y terminal de la enfermedad, el enfermo es completamente dependiente para todas las tareas básicas de la vida (es necesario que le den de comer, lo aseen, que lo muevan).
En esta etapa pierden el contacto con el medio exterior y no pueden comunicarse ni responder a los estímulos externos. A veces tienen comportamientos desinhibidos, agresivos o pasivos.
Muchos enfermos no duermen por la noche y tienen periodos de agitación durante estas horas, en cambio duermen todo el día.
La rigidez muscular los conduce a lentitud y torpeza de movimientos. Al final muchos pacientes están rígidos, mudos, no controlan los esfínteres y permanecen acostados.
Se aumentan los riesgos de complicaciones por infecciones, deshidratación, heridas por la inmovilización, desnutrición etc., llevándolos a la muerte.
Es muy importante en esta fase las muestras de afecto, las caricias, las sonrisas, el trato cariñoso, el estímulo para que se mueva, escuche música o vea sus programas favoritos de televisión.
Higiene, alimentación y rutinas
Debe cuidarse su higiene personal, proteger su piel, evitarse el estreñimiento. Quien se haga cargo del paciente tendrá que aprender a detectar cambios de actitud como posibles señales de enfermedades, por ejemplo si el paciente está más agitado o más apático tal vez significa que esta enfermo o tiene algún dolor aunque no sepa o pueda comunicarlo.
Es importante mantener una rutina diaria. Si el paciente está rodeado de objetos familiares se sentirá más cómodo.
Con frecuencia los pacientes no tienen la sensación de hambre y sed habituales. Hay que asegurarse que beban líquidos abundantemente y que coman de forma adecuada.
En la medida de lo posible, es importante que el paciente se mantenga independiente el mayor tiempo posible para fomentar el autocuidado.
Es importante mantener las relaciones sociales. Hay que favorecer las visitas de amigos y familia.
Este material informativo no sustituye la visita al médico, visítalo para obtener más información y aclarar cualquier duda.
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