La semana pasada se celebró el
IV Congreso Nacional de Alzheimer en Sevilla , donde familiares de personas con la enfermedad, profesionales sanitarios y trabajadores del movimiento asociativo compartieron un intenso programa en busca de novedades y mejoras para estos enfermos.
El congreso se había marcado un doble objetivo: reivindicar el papel de todos los profesionales sanitarios en relación con la enfermedad y reconocer y reforzar al familiar cuidador como agente activo en el proceso sociosanitario, pero también como objeto de atención del mismo.
Fueron muchos los temas que se pusieron encima de la mesa. Te resumo los más importantes y te comento que, entre ellos, se habló de uno que no se suele mencionar habitualmente pero que es de suma importancia. Se trata del sufrimiento físico: según las conclusiones del congreso, el 83% de las personas con
Alzheimer padecen o han padecido dolor en el transcurso de la enfermedad.
Y es que, como bien señañó Iñaki Artaza, director del centro sociosanitario Igurco de Vizcay:
“El tratamiento del dolor en el paciente con demencia está en la actualidad infradiagnosticado e infravalorado por parte de los profesionales sanitarios”.
Paloma González, médico de la Unidad de Geriatría del Hospital San José de Teruel, analizó el daño no intencionado que puede producirse a raíz de los efectos adversos ocasionados por los fármacos.
Y es bastante grande, ya que, como explicó, estas reacciones adversas a medicamentos constituyen en la actualidad la cuarta causa de mortalidad en el anciano, tras la cardiopatía isquémica, el cáncer y el ictus.
Pero estas consecuencias se pueden evitar, y según la doctora, se puede conseguir:
“Mejorando la prescripción médica, el papel del cuidador en la observación y administración de los medicamentos es fundamental”.
“Los fármacos que más problemas dan en el tratamiento de la demencia son los dirigidos a tratar los síntomas conductales como la agitación, la agresividad o los trastornos alimentarios y sexuales”.
“Por eso, en primera instancia, no hay que infravalorar la aplicación de terapias no farmacológicas, que han demostrado ser eficaces en el tratamiento de estos síntomas, pero si la situación se vuelve insostnible para el cuidador, será necesario combinar estas terapias con los tratamientos farmacológicos indicados”, añadió.
CuidadoAlzheimer.com
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