Hablando claro: La gran mentira de la Ley de la Dependencia

A mi madre la ley de la Dependencia ya no le hace falta. Ha muerto rodeada del cariño y las atenciones de toda su familia: mi padre (enfermo de Alzheimer y también en espera de ayuda), mi hermana, sus nietos, sus yernos y yo, su otra hija. Sería muy largo y tedioso explicarles ahora el largo recorrido de entrevistas con asistentes sociales, cruce de cartas y documentación varias veces solicitada y entregadas, valoraciones, etc… No quiero aburrirles.

Sólo tengo dos preguntas: A los señores del Gobierno de esta nación: ¿Por qué trabajan en redactar, modificar, votar y dictar una ley cuando saben de sobra que no tendrán medios para llevarla a efecto? A los señores que gobiernan la Comunidad de Madrid, comunidad donde vivimos: ¿Por qué les resulta tan fácil no llevar a buen puerto una ley cuando el Gobierno que la dicta es el contrario a su partido? ¿Es esa una buena forma de hacer oposición?

A ambos, un mensaje: Dejen de gastar dinero en esa publicidad con la que invaden la prensa, la televisión e incluso internet, donde se les llena la boca de decir que hay que atender a los más desprotegidos, cuidar de nuestros mayores y atenderlos con los mejores medios. Gástense el dinero en hacer ese mensaje efectivo y déjense de tonterías. La Ley de la Dependencia, una gran mentira. Una vergüenza.

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