La demencia es la pérdida de las funciones mentales superiores. Las personas con demencia pueden ser incapaces de recordar cosas, manejar objetos, hacer cálculos, comprender, reconocer objetos, etc., pero además pueden tener cambios de conducta, personalidad, alucinaciones y desde luego perder su desenvolvimiento social al ser incapaces de realizar sus actividades de la vida diaria. Si bien la demencia es más común en personas adultas mayores, no es una consecuencia normal del envejecimiento.
Vivir con una persona con demencia es difícil, particularmente para las personas que cuidan directamente al paciente que puede llegar a enfermarse psíquicamente o físicamente por el hecho de cuidar. A su vez, un cuidador, muy cansado o estresado es un riesgo para el adulto mayor con demencia. Un manejo por un equipo de salud con experticia en medicina del adulto mayor y que esté en constante contacto con la familia es la mejor manera de ofrecer un buen cuidado de la salud y una vida de calidad para estos pacientes. Para el tratamiento de la demencia existe una variedad de medicamentos que ayudan a controlar los síntomas, pero también existen terapias no farmacológicas que han probado tener efecto para retrasar el progreso de la enfermedad potenciando las habilidades cognitivas y mejorando el desarrollo de las actividades de vida diaria. Existen algunas pautas que podemos seguir para impulsar el mantenimiento de la mente, pero debemos tener en cuenta que es importante seguir un tratamiento no farmacológico y farmacológico profesional.
Estas pautas son:
- Trate de hacer que la persona se dé cuenta de qué hora del día es.
- Puede poner relojes en donde los pueda ver.
- Abra las cortinas o persianas para que la persona se pueda dar cuenta cuando es de día y cuando es de noche.
- Estimular actividades físicas todos los días.
- Evite demasiadas siestas durante el día.
- No deje las llaves u objetos peligrosos a su alcance.
- Trate de no alterar al paciente, no lo contradiga.
- Deje siempre una luz muy tenue o lámpara cerca ya que la oscuridad podría confundirlos
- Es de importancia que tenga una tarjeta o brazalete de identificación con sus datos personales.
- Recibir terapias de estimulación cognitiva (tratamiento no farmacológico) acompañado de familiar o cuidador.
- Hacerle cariño, sonreirle, hablarle con voz dulce.
- Realizar evaluaciones periódicas de salud con su médico geriatra para estabilizar las enfermedades de otros órganos diferentes al cerebro y vigilar los riesgos que afectan en general a la salud del adulto mayor.
- Revisar la piel del paciente con frecuencia, buscar irritaciones, úlceras, huellas de rascado, moretones, etc. No olvidar los pies.
- El cuidador del paciente con demencia deberá tener tiempo para dedicarlo a sí mismo y así prevenir el estrés del cuidador.
Escrito por: Lic. Candy Alegría Velásquez. Enfermera Geronto – Geriátrica
Esta excelente información es del portal BAMBOO Seniors
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