El gimnasio de la residencia fue adaptado especialmente para personas con Alzheimer. |
«No tiene tanto que ver con el movimiento y el uso de los músculos, sino que la base es la estimulación», explica Peter Black, quien forma parte del personal de Redholme. «Al final de la rutina, los pacientes no salen de aquí con dolor muscular. Más bien salen sonriendo, bromeando, mirándose unos a otros y sintiendo mucha más confianza en sí mismos».
«Es un buen método para reforzar distintos músculos y puedes llevarla a cabo hasta el punto que lo desees», añade. Además, completa, «te ayuda a mantenerte en un buen estado físico, aunque no es algo que quiero hacer todos los días».
Anne McCann, propietaria de Redholme ha notado una «mejoría» en los residentes. |
«Asimismo, hemos reducido su medicación. Muchos de los pacientes estaban tomando fármacos antipsicóticos antes de empezar a usar el equipo. Creemos que ahora experimentan un sentido de bienestar, lo cual es una enorme mejora».
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