En esta oportunidad me gustaría tocar un tema que toca a más de alguien y que se puede hacer más común a medida que vamos aumentando en edad: La pérdida de memoria.
Perdiendo la memoria (con los años)
Que con los años se nos olviden algunas cosas, con mayor frecuencia que cuando eramos jóvenes, es un proceso normal, aunque siempre debemos estar atentos a cualquier señal que pudieraa indicar una enfermedad. Ahora bien, si se nos olvidan las llaves en la casa, no recordamos el nombre de alguna persona, le damos más comida a nuestra mascota de la que debe comer, por nombrar algunas, lo más probable es que estemos en presencia de una pérdida de memoria que puede ser achacable al paso de los años, sobre todo si este proceso se va desarrollando de forma gradual.
Ahora, ¿por que se produce la pérdida de memoria?. Para eso debemos entender como trabaja nuestro cerebro. Tenemos dos tipos de memoria claramente diferenciadas: A corto y largo plazo. En la memoria a corto plazo podemos tener el nombre de una persona que nos acaban de presentar, mientras que en la de largo plazo están los recuerdos de nuestra infancia. Recuerdos que están en la memoria a corto plazo pueden pasar a la memoria de largo plazo a través de la repetición, por ejemplo.
A medida que envejecemos vamos perdiendo neuronas, además de que nuestro cuerpo disminuye la fabricación de diversas substancias químicas necesarias para el buen funcionamiento de las células cerebrales. Esto afecta el funcionamiento de nuestro cerebro afectando principalmente a la corteza prefrontal, según indican estudios recientes, por lo que es muy factible que olvidemos donde dejamos las llaves ya que esta zona es responsable de las funciones cognitivas y ejecutivas superiores, que incluyen la memoria de trabajo.
¿Que podemos hacer para evitar esta pérdida normal de memoria?. Nunca ha sido más cierto el dicho aquél de “si no lo usas lo pierdes”, por ende debemos utilizar nuestro cerebro. Juegos como el soduku, ajedrez, crucigramas, rompecabezas, etc, son buenos aliados para mantener en buen nivel nuestra memoria. La actividad física es otro gran aliado: Científicos del Instituto Taub de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, han observado que la práctica deportiva incide sobre una zona del hipocampo, conocida como gyrus dentado, que es donde se inicia el declive de la memoria asociado a la edad.
La alimentación también tiene implicacia en mantener nuestra memoria trabajando al 100%. Algunas pautas indican que debemos preferir el consumo de acidos grasos Omega-3 como en los pescados; fuentes de vitamina B como cereales integrales, legumbres y frutos secos; evitar el alcohol, tabacos y bebidas estimulantes; evitar el excesivo consumo de azucar, evitar (dentro de lo posible) consumir “comida chatarra” y buscar alimentos ricos en antioxidantes.
Puede que no a todos nos afecte esta pérdida de memoria a medida que avanzamos en la edad, pero nunca está de más mantener nuestro cerebro ocupado constantemente, con sus horas de descanso bien definidas. Lo importante es que estos olvidos no afecten nuestra vida común y corriente, ya que cuando eso sucede lo mejor es consultar a un médico ante la posibilidad de que estemos en presencia de alguna enfermedad como Alzheimer.
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