3. Juicio ético del testamento vital (ver 1ª parte)
Cualesquiera sean los motivos por los que se hace un testamento vital, en el fondo se da siempre una motivación: la desconfianza. La necesidad de tal documento nace de la falta de unos auténticos cuidados paliativos y de la ausencia de los elementos de fondo de tales cuidados, que son:
- Aceptación de la contingencia y limitación de nuestra vida
- Amor al prójimo, sobre todo si es un familiar
- Ayuda, sostén y compañía al que sufre, sea en el campo médico sea en el psicológico y espiritual
- Confianza en quienes nos cuidan, sean familiares o médicos
Según estos principios fundamentales, se pueden establecer los siguientes criterios éticos de actuación:
- Respecto al «futuro paciente» que hace ahora el testamento, el documento tendrá que respetar la dignidad de la persona, atenerse a las normas de la buena práctica médica, y no contener indicaciones eutanásicas o de encarnizamiento terapéutico.
- Respecto al médico y a los familiares, el testamento vital puede dar indicaciones útiles sobre las preferencias del paciente, pero el médico y los familiares no están obligados a seguir el testamento vital si éste violara la buena práctica médica y el bien objetivo del paciente. Ciertamente, no están obligados nunca a ejecutar un testamento biológico que prevea la eutanasia del paciente.
- El testamento vital, que se presenta como el respeto de la voluntad del paciente, puede ser en realidad la puerta abierta hacia la eutanasia, con el agravante de que en esta decisión «anticipada» ya no hay la posibilidad de cambio una vez entrado en el estado de imposibilidad de comunicación. Se podría dar el caso de un paciente que dentro de si no quiere morir, pero que experimenta que en virtud de la decisión anticipada, lo están dejando morir o incluso matando.
- La fundamental expresión del respeto de la dignidad de las personas no es sólo el respeto de su autonomía, sino el respeto del bien objetivo de la persona. Por tanto, la autodeterminación que aspira a definir qué debería o no debería hacerse con nosotros cuando nos encontremos en estado de inconsciencia, debería respetarse únicamente en aquellos aspectos que son coherentes y concuerdan con nuestro bien integral objetivo.
http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/342/786/articulo.php?id=27895
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