Al menos dos mayores desaparecieron cada mes de sus casas en el último año
Un total de 27 ancianos se extraviaron, 16 fueron hallados muertos y tres siguen perdidos
Desaparecidos (unas estadísticas)
En los dos últimos años 27 mayores (dos y, a veces, tres cada mes) se han perdido en Galicia. La mayoría, cuando salían a dar paseos cerca de su casa por caminos que conocen de toda la vida. A priori, el itinerario de estas salidas no reviste peligro, pero un desvanecimiento o un despiste (desorientación) suele ponerlos en un serio brete. Y entonces, cuando los servicios de emergencias no los localizan en las primeras horas, el final suele ser trágico (16 aparecieron muertos) y la búsqueda se alarga de forma agónica. De hecho, tres abuelos gallegos permanecen desaparecidos, uno de ellos desde el año 2006.
La historia más habitual suele ser muy similar a la de los dos últimos casos. El del ourensano Sergio Rivero, de 88 años, que salió el 21 de junio a dar un paseo en bicicleta y apareció muerto al día siguiente cerca de su casa de Sandiás. Y el de María Florinda Nión, una mujer de 70 años de la localidad coruñesa de Arteixo, que se extravió el pasado 5 de mayo cuando regresaba de un centro de día. Durante semanas, su familia y un amplio equipo de buscadores rastrearon el municipio, en vano, porque su cadáver fue descubierto por un motorista entre la maleza de un monte cuyos senderos solía frecuentar. Todo apunta a que la mujer, que padecía alzhéimer, se desvaneció y quedó oculta por la maleza.
Meses antes, en el municipio cercano de Irixoa, otro octogenario, José Antonio Monteiro, corrió la misma suerte. Faltó de su casa y fue encontrado muerto casi un mes después en la cuneta de un camino que conocía desde niño, muy cerca de la vivienda en la que se había quedado solo desde la muerte de su último familiar. Como no teñía allegados cerca, José Antonio contaba con el servicio de asistencia para tareas domésticas que presta la Xunta.
Hay otros tres mayores que no aparecen, a pesar de los innumerables esfuerzos de sus familias. En el municipio lucense de Navia de Suarna, Engracia Álvarez falta de su casa de la aldea de Lencias desde el 2006 (entonces contaba con 86 años), y su vecino Manuel Díaz, de 55 años, está perdido desde el 25 de octubre. En una parroquia de Castro de Rei, también en Lugo, otra familia vive en vilo desde el pasado 7 de enero, cuando perdieron la pista al anciano José Torres Lodeiro, de 89 años. José también vivía solo, aunque en la casa contigua a la de su hija.
Elaboración de un censo
La Xunta está elaborando un censo de octogenarios y otros dependientes que viven solos en sus casas, precisamente para ajustar las medidas a las necesidades reales, dado que en la actualidad solo se cuenta con los datos del 2008 de la Sociedade Galega de Xerontoloxía, según los cuales casi un tercio de los 185.000 mayores de 80 años de Galicia -unos 56.000- residen solos en aldeas sin apenas vecinos. El presidente de esta entidad, Andrés Vázquez, recuerda que es urgente elaborar un mapa de las personas que viven «solas y en riesgo» en Galicia y mejorar los sistemas de seguridad actuales: «Hay una situación grave en Lugo, Ourense y en la montaña», precisa.
La mejora del servicio de teleasistencia en la que se trabaja implicará algo tan sencillo como dar a los mayores un móvil con algún sistema localizador que oriente sobre su posición o simplemente les permita llamar desde cualquier lugar. Precisamente, un teléfono sirvió para que la búsqueda de un abuelo extraviado en Taboada (Lugo) terminase bien.
Con información de: www.lavozdegalicia.es
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