Este experto mundial en células madre ha descubierto junto a su equipo que el cerebro es capaz de producir nuevas neuronas.
Es el órgano más desconocido y por eso mismo, y por las funciones que ejerce, el más apasionante. José Manuel García Verdugo es de los pocos que han podido acercarse al estudio del cerebro y, hacerlo hasta tal punto, que su hallazgo puede cambiarnos la vida.
Este investigador español, que participó en el II Congreso El Ser Creativo, ha descubierto, junto a su equipo, que tenemos células madre en el cerebro. «Han estado ahí siempre, pero no lo sabíamos. Hasta hace dos décadas se pensaba que las neuronas que teníamos eran de nacimiento. Ahora sabemos que las células madre producen nuevas neuronas (neurogénesis). Las nuevas están estrechamente ligadas con la memoria y el aprendizaje», afirma Verdugo.
¿Pero en qué nos puede cambiar la vida? Las neuronas se pueden morir por muchas cosas: alimentación, edad, polución… Enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer están directamente relacionadas con esta pérdida de capacidad neuronal y el descubrimiento de García Verdugo podría mejorar las terapias. «Las neuronas actúan como el microchip de un ordenador. La corteza cerebral es como el disco duro y es capaz de almacenar grandes cantidades de información. Ahora sabemos que al cerebro hay que mantenerlo vivo haciéndonos preguntas, aunque sea de cosas cotidianas, o practicando nuestras aficiones. Las neuronas nuevas necesitan contactar con las de otras regiones para no terminar muriendo y sólo se consigue manteniendo activo el cerebro».
Si las neuronas mueren, las células madre producirán otras, pero con la edad éstas se agotarían y dejarían de crear, «con lo que tendríamos cada vez menos neuronas».
José Manuel García Verdugo es catedrático de Biología Celular en la Universidad de Valencia y defiende el papel del investigador, pero no sólo de él. «Está claro que hace falta más financiación para que el investigador tenga todo lo que necesita para desarrollar su trabajo, pero también es importante formar a nuevos investigadores. Eso exige planificación», afirma. «Se trata de atraer a los cerebros más brillantes», pero también de ser capaz de formar a nuevos.
¿Qué le pasa a nuestro cerebro?
«Lo mejor para el cerebro es la actividad, pero no sabemos como le afectan la polución o algunas sustancias que hemos incorporado a nuestra alimentación como conservantes y colorantes. Tampoco nos podemos olvidar de las radiaciones. El problema de investigar el cerebro es que es difícil tener muestras frescas con una buena preservación de sus componentes celulares y moleculares. En otros órganos sí es posible hacerlo y se puede investigar mejor», afirma García Verdugo.
A pesar de la dificultad, a él le compensa seguir investigando porque «es el órgano responsable de controlar directa o indirectamente toda la actividad de nuestro cuerpo». Si él falla, todo falla, por eso es tan importante cuidarlo.
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