Un estudio muestra que las placas en los primates no humanos difieren de las de los humanos.
Healthfinder
Por Amanda Gardner (26 may 2009)
«Lo que esto nos dice, en primer lugar, es que las placas son estructuralmente distintas en los humanos y los demás primates», afirmó la autora del estudio Rebecca Rosen, candidata a doctorado en neurociencias del Centro nacional Yerkes de investigación en primates de la Universidad de Emory en Atlanta. «El motivo de que sea así es una pregunta inmensa, [pero] ahora tenemos una herramienta que podemos usar para diferenciar la estructura [de las placas amiloideas] entre humanos y otros primates».
«Podemos usar este [compuesto de etiquetado] para caracterizar la naturaleza tóxica de las [placas amiloideas] en el cerebro humano con la finalidad de comprenderlas mejor», añadió. «También confirma la utilidad [del compuesto, llamado Compuesto B de Pittsburgh (PIB)] para el diagnóstico del Alzhéimer«.
«Es otro hallazgo de significación desconocida, pero es un hallazgo», apuntó el Dr. Gary J. Kennedy, director de psiquiatría geriátrica del Centro médico Montefiore de la ciudad de Nueva York. «Ninguno de nosotros sabe por qué estos primates superiores no contraen enfermedad de Alzheimer, pero tampoco sabemos porqué los humanos sí… no sé a dónde nos lleva eso».
«Pudimos mostrar que, de forma similar a lo visto en cerebros de ratones, el PIB no se vincula con una afinidad alta a la placa en los cerebros de monos o simios», apuntó Rosen.
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