La soledad y el Alzheimer en «Dos mujeres que bailan»

Con dirección de Xavier Albertì, las actrices Anna Lizaran y Alícia Perez ofrecen un duelo interpretativo de alto nivel en esta obra, la última de Josep Maria Benet i Jornet.

Quizás las tragedias cotidianas como la aceptación de la mediocridad pueden llegar a desposeernos de nuestra propia ambición vital o de nuestros sueños. Ésta es la ‘realidad’ a la que nos conduce con precisión escénica «Dues dones que ballen» (Dos mujeres que bailan).

Dos mujeres de edades diferentes que se conocen de una manera casi fortuita, una de edad avanzada que está a punto de ser desahuciada de un piso del barrio barcelonés de Sant Antoni y otra madura que la cuida, se encuentran en el punto donde la madurez y la vejez piden ser respectivamente aceptadas y vividas con toda la plenitud y libertad de que puedan ser capaces. En este baile, a veces con pasos irritantes y ridículos, y a veces con ironía y humildad, ambas harán un descubrimiento vital, quizás nada espectacular, pero sí seguramente inesperado.

Josep Maria Benet i Jornet, bien entrenado en los registros naturalistas no sólo como dramaturgo sino también como creador de series de televisión (Nissaga de poder, Laberint d’ombres, El cor de la ciutat y Ventdelplà, entre otras) ha escrito un texto, una vez más, de inspiración realista. La puesta en escena, con una escenografía también realista (de Llorenç Corbella), refuerza esta tesitura dramática; la dirección de Xavier Albertí demuestra de nuevo su buena sintonía y afinidad con el teatro de Benet i Jornet, a quien hacen poco más de dos años le dirigió también el texto Soterrani (Sótano), de temática bastante más oscura que en este caso. Albertí le sabe encontrar el tempo exacto, pausado pero intenso, al teatro de Benet i Jornet, y a ello, en este caso, tenemos que añadir una excelente dirección de actrices que refuerza el espíritu naturalista del texto.

Por su parte, tanto Anna Lizaran con Alícia Perez exhiben sus mejores dotes interpretativas. El suyo es un trabajo contenido pero intenso a la hora de expresar emociones, una interpretación que proporciona gran realismo a este montaje, que al fin y al cabo no busca producir grandes sorpresas en el espectador, sino más bien ofrecer una esmerada y precisa narración de dos personajes muy de verdad, dos mujeres que quizá se sienten fracasadas frente a la indiferencia que el mundo les muestra. Dues dones que ballen es el relato teatral de su tragedia, pero una tragedia con ciertas dosis de humor y comedia…, como la vida misma.

ALÍCIA PÉREZ

 

JOSEP MARIA BENET I JORNET

Extraído de Sant Cugat y barcelonacultura.bcn.cat

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