está asociado con menores tasas de enfermedad arterial coronaria y un mejor perfil de los lípidos plasmáticos (colesterol, triglicéridos), sin afectar al peso ni a la composición corporal, aunque sean alimentos muy energéticos y grasos. Además, estudios recientes apuntan al papel protector de los componentes antioxidantes de las nueces en la prevención del Alzheimer como enfermedad degenerativa.
- Acompañar el desayuno con nueces: el pan, el muesli, los cereales, el queso fresco o el requesón.
- Añadirlas a las ensaladas, como la de lechugas variadas con queso fresco, nueces y naranjas, o la de escarola con mejillones, granada y nueces.
- Aderezar con nueces picadas los platos de arroz, pasta, cuscús y lentejas, entre otros.
- Incluirlas en recetas de segundos platos, como guisos de pollo, cordero, ternera, pescado al horno o relleno.
- Mezclar las nueces con lácteos como la cuajada, el yogur o el queso fresco.
- Tomar un puñado de nueces entre horas a modo de aperitivo, como parte del almuerzo o de la merienda.
- Preparar en ocasiones especiales y extraordinarias dulces que incluyan nueces: pan de nueces y pasas con miel, bizcocho, compota de manzana y pera con nueces.
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