La deshidratación puede alterar el proceso y rendimiento mental.

La deshidrataciòn puede alterar el proceso y rendimiento mentalLa deshidratación puede alterar el proceso y rendimiento mental

La deshidratación puede alterar el proceso y rendimiento mental, mientras que diversos nutrientes y otras sustancias pueden producir efectos positivos en la capacidad cognitiva, según ha explicado la doctora Marcela González-Gross durante su intervención este miércoles en el «XII Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer» (SAMEM), que se está celebrando en Madrid.
 
González-Gross, titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva de la Universidad Politécnica de Madrid, ha destacado que el estado de hidratación puede influir en la capacidad cognitiva y, cuando el organismo pierde más del 2 por ciento de líquidos, se produce una disminución en el rendimiento mental, lo que afecta a la capacidad de atención, memoria a corto plazo y concentración.
 
Además, añade, la deshidratación puede alterar diversos procesos mentales así como la rapidez perceptiva, produciendo modificaciones significativas en la función cognitiva (percepción, atención, memoria, pensamiento y lenguaje), y en la coordinación motora, tiempo de reacción y discriminación perceptiva. Este estado influye de forma especialmente negativa a la función cerebral de los ancianos.
 
Por lo tanto, «una correcta hidratación puede ayudarnos en la prevención de muchos accidentes laborales y situaciones de bajo rendimiento, asì como mejorar la sensación de bienestar«.
 
Los antioxidantes y las vitaminas son otros de los nutrientes relacionados con el rendimiento mental. Debido a la gran actividad metabólica del cerebro. Éste es especialmente vulnerable al daño oxidativo, y los antioxidantes, -y la vitamina E en particular-, pueden protegerlo del daño causado por mecanismos oxidativos e inflamatorios.
 
En cuanto a determinados déficits vitamínicos, la experta señala que «se han asociado a alteraciones neurológicas. Las deficiencias de B12, B6 y Folato conllevan un acúmulo de homocisteína que aumenta el riesgo de enfermedad cerebro-vascular. De hecho, existen evidencias epidemiológicas que relacionan la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular con la homocisteína».

Fuente: europapress.


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