Personalmente opino que más que información fiable vs información peligrosa, lo más importante es quien la busca y como la interpreta. Es algo así como lo que pasa con los virus en internet. Nunca está uno exento de ser atacado, pero la mayoría de ordenadores se infectan o mejor dicho, los infecta el propio usuario que, desinformado o a causa de su conocimiento de medio, o su ansia por entrar en cualquier página que haya publicada en la red de redes, se auto-infecta. Tal y como se recomienda desde muchos medios, si un medicamento te ha servido a ti (recetado, por supuesto), no tiene porque servirle a tu vecino. Por lo tanto se pide que no se sugiera automedicarse porque le haya ido bien a un familiar o un conocido. En internet pasa algo parecido, la información pasa de mano en mano y muchos la dan por buena simplemente porque un contacto, amigo o no, te la envíe. Ojo.
¿Me fío de la información médica en internet?
A. Simón – Madrid – 28/03/2012
Sorprendentemente, la salud gana al sexo en interés. Al menos en internet. En una búsqueda de la palabra salud en el buscador Google ofrece más resultados que ese motor de la red llamado sexo (tanto en inglés como en español). «Hay un interés cada vez mayor en informarse sobre cuestiones médicas a través de la web. Pero no todas las páginas son fiables. Hay que tener cuidado», explica Iván Núñez, cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos y experto de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) sobre consultas en la red.
El 41% de las búsquedas en la red están asociadas a la salud, según datos del libro El ePaciente y las redes sociales. El 18% de los entrevistados en una encuesta, que da a conocer el portal Salud.es, reconoce que antes de acudir al médico busca información en internet y luego no se molesta en contrastarla con su médico. De hecho, informarse a través de la red ya es el segundo método preferido por los ciudadanos, aunque siempre por detrás de hablar con su doctor.
«Este asunto preocupa bastante a los colegios médicos porque hay webs con información poco clara y tienen detrás personas con formación pésima», explica Juan Manuel Garrote, presidente del Colegio de Médicos de Segovia. «Las organizaciones profesionales intentamos dar un marchamo de garantía a la web, con personal formado, de intención no consumista y que se ajusten a valores éticos y deontológicos».
Para garantizar la fiabilidad de estos sitios han surgido algunos sellos de calidad. El más conocido a nivel internacional es el denominado Hon Code, cuyas siglas provienen del término en inglés health on the net. Para conseguir el certificado digital, la web tiene que cumplir algunos principios, como que la autoría de los consejos debe provenir de un médico. Y el contenido tiene que complementar, no reemplazar, la relación entre paciente y médico. La web también debe respetar la confidencialidad de los datos relativos a pacientes y visitantes. La información debe facilitar las fuentes de las que proviene y la fecha de publicación tiene que ser viable.
«Es importante que los datos estén actualizados, porque los avances médicos son constantes», explica Inma Grau, responsable de divulgación científica del Hospital Clínic de Barcelona. Además, los beneficios de los tratamientos deben ser respaldados por evidencias objetivas. Las webs deben dar información sencilla para contactar y los patrocinadores deben identificarse. Por último, si se quiere conseguir este sello, se debe diferenciar lo que es publicad de lo que son contenidos informativos.
La sociedad de cardiología advertía recientemente a los internautas que desconfíen de las páginas sin este tipo de sellos. Se pueden encontrar desde sitios de enlaces a medicinas dudosas, indicaciones sospechosamente favorables a algún medicamento u opiniones sin fundamento científico que circulan en foros o vídeos. «Muchas de ellas tienen un sesgo comercial. Es importante que los médicos, igual que se hace en las revistas científicas, hagan una declaración de conflicto de interés en sus artículos», apunta Núñez.
En España también ha surgido algún sello que garantiza la calidad, como el de Web Médica Acreditada, impulsado por el Colegio de Médicos de Barcelona. Hasta ahora cuentan con este certificado una decena de páginas.
Como novedad, explica el doctor Garrote, la Organización Médica Colegial (OMC) aprobó hace dos semanas su propio sello, llamado Websanitaria Seacformec, que estará disponible en breve y que se basará en unos códigos de conducta y deontológicos «para ofrecer una mínima garantía».
Ejemplos de lugares donde escrutar información médica hay muchos. «Los más fiables son los ligados a instituciones de salud pública, asociaciones de pacientes, hospitales o sociedades médicas», asegura Grau. «Medlineplus es una de las más completas y fiables», aclara, «porque está avalada por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU y ofrece una versión en castellano».
La lista puede ser interminable: la web de la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder), el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) o Forumclinic (Hospital Clínic de Barcelona). Esta última iniciativa permite a los pacientes utilizar foros para compartir sus inquietudes, según su responsable, Inma Grau.
Y es que la web 2.0, que busca la interrelación con los internautas, ha desembocado también en redes sociales con vocación médica. En EE UU son conocidas Patientslikeme (pacientes como yo), con más de 140.000 usuarios, o Hellohealth.
En España, describe Aitor Guitarte en El ePaciente (www.somosmedicina.com) y las redes sociales, han surgido también algunas iniciativas como Vivu.es (una red creada para pacientes), Tu diabetes, Onsalus, Aorana, Mi salud en red, Vive la salud, Medicalia, Cuidatel, MieSalud, Salupedia o Qué médico, que nace con la voluntad de responder a la pregunta: ¿qué medico recomiendas?, «lo que despierta los temores más arraigados en el colectivo médico, el miedo a la crítica», señala el autor. La plataforma Doctor Doctor también permite a los ciudadanos buscar al médico que mejor le convenga (pero de momento solo con datos de profesionales de la sanidad privada).
Eso sin contar los cientos de grupos de Facebook donde se realizan campañas, por ejemplos las promovidas por el Ministerio de Sanidad. Incluso la Wikipedia, señala Grau, no es mal sitio para informarse, -siempre con las reticencias obvias al desconocer la autoría de los artículos-, «porque la información se actualiza bastante correctamente gracias a la inteligencia colectiva».
Doctor Casado 2.0
Hace cinco años, el médico Salvador Casado se convirtió en el Doctor Casado 2.0. «Tenía cierta inquietud por la falta de tiempo que debía dedicar a mis pacientes en la consulta. Me corresponden 2.200 pacientes y atiendo a unos 45 al día. No me da tiempo a darles todos los consejos sanitarios que me gustaría. Por eso comencé con el blog».
En el blog Doctor Casado, este médico de atención primaria de Collado Villalba (Madrid) ofrece a sus pacientes, y a quien quiera consultar, consejos sobre salud. «Al principio creaba contenidos específicos para pacientes. Con el tiempo me ha servido como plataforma profesional. Y lo actualizo cada día», comenta.
La dirección web es doctorcasado.blogspot.com, donde se pueden encontrar sus explicaciones sobre qué es el Alzheimer, la situación de los médicos de familia, su visión sobre la atención primaria, apuntes de cardiología o tabaco…
«El blog da un valor añadido al ciudadano porque es su médico de cabecera quien le está aconsejando, eso le otorga mucha seguridad». Reconoce que al principio sus pacientes lo veían como algo extraño, pero ahora lo toman como «una consulta más». Para los más mayores, que no son usuarios de las redes, se apoya en la familia o les da los consejos en papel.
Su último éxito es la cuenta en Twitter @doctorcasado, con casi 6.000 seguidores. Aunque esta red la utiliza para contactos profesionales. «Es increíble, pero es más sencillo comunicarse por Twitter con otros médicos que en el entorno hospitalario. Me sirve para estar actualizado y consultar webs recomendadas. Con los pacientes todavía no la uso, porque todavía no están ahí. Y también Twitter es más vulnerable con datos confidenciales. Para las consultas más privadas utilizo el correo electrónico».
Con información de | cincodias.com
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