Los olvidos y las pèrdidas de memoria no son siempre la antesala de una demencia.
Estas señales de alarma pueden corresponder en muchas ocasiones a cuadros de depresiòn o ansiedad, de ahì que los mèdicos aboguen por intentar afinar, y mucho, los diagnòsticos en personas que creen estar entrando en una fase de demencia.
Los especialistas recuerdan que los facultativos de los centros de salud disponen de herramientas necesarias, validadas y de uso sencillo, para descartar o confirmar una sospecha de este tipo.
En los casos en los que el deterioro puede ser algo màs avanzado, lo aconsejable es la realizaciòn de un TAC o una resonancia magnètica.
El programa de atenciòn a las demencias no sòlo habla de los afectados directos sino tambièn de quienes les cuidan.
Los familiares que se encargan del cuidado del enfermo «deben ser tenidos muy en cuenta por los profesionales de Primaria», indican, a la vez que recomiendan integrarlos en grupos de apoyo, ofrecerles atenciòn psicològica y promover màs programas respiro.
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