«El verbo màgico que hoy y en el futuro debe guiar tu vida es : ¡Creer!
Creer primero que nada en ti, pues nadie mejor que tú conoce todos tus sacrificios, tu entrega y tus propias verdades incambiables..
Debes Creer en ti, porque tu pasado no ha sido años de tiempo perdido, de sacrificios inùtiles, sin frutos ni provecho alguno. Esa verdad palpable, tangible, que llevas en tu corazòn, no serà nunca alterada ni arrancada de ti.
Llevas para siempre impresa en tu alma, la profunda y reconfortante certeza de haber obrado bien y con tus mejores intenciones. Conservas en lo màs hondo de tu ser, el rico tesoro que te harà sentir el sentimiento que te va a decir: ¡Misiòn Cumplida!
Tienes que pensar con grandeza, y decirte:
– Creo en mì, pues de mì ha nacido verdad y vida.
– Confío en mì, porque yo he sido y soy fortaleza.
– No existe amargura ni dolor que consiga atar mi alma libre.
Debes tratar de ignorar el dolor, pues no te dejarà ver y sentir las grandezas de tu alma.
Tu vida comienza un nuevo camino cada dìa, pero no es un sendero de amargura, dolor, y soledad, sino que es un bello camino de esperanza e ilusiòn, en donde todo està por que lo descubras, y en donde no hay tiempo para que te canses o te abandones.
Ahora, debes levantar tu cabeza y mirar el fulgurante sol que cada mañana madruga para ti…
Y entonces… llegarà la màs maravillosa paz que jamàs hayas sentido. Descubriràs nuevas alegrìas e ilusiones, y a partir de ese momento sentiràs còmo tu corazòn y alma se elevan en un aura de gloria, pues tu gozo serà tan grande que te harà sentir un nuevo ser. Serà como volver a nacer.
Tù sabes que has hecho del amor un reino de entrega y verdad para ti y los demàs, pero ahora debes creer en ti, y forjar una fortaleza de paz para tu corazòn.
No prives al cielo de tu mirar, levanta tu rostro y permite a los pàjaros y los àngeles contemplar la belleza que abunda y reina en ti.
Arràncate el dolor, toma de nuevo tu alegrìa y siembra de ilusiones una nueva tierra, y veràs como la vida agradecerà tu esfuerzo.
Nada, hay perdido, todo en ti es victoria, pues cabe mayor triunfo en tu vida.
Todo radica en conjugar siempre este verbo: ¡Creer! y saber que tù eres el vencedor y dueño de tu vida. En tener la convicciòn de que tù has amado sin medida, (aunque las cosas no hayan salido como lo esperabas). Porque son muy pocos los que aprenden a amar y sienten el amor de verdad.
Ahora debes dejar nacer en ti un nuevo ser, con una nueva luz, y en donde tu «yo» más ìntimo es lo más valioso y primordial.
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