«Las regiones no funcionaban en orquesta como en las personas sin Alzheimer (…), pero observamos una mayor actividad cerebral que no veríamos en una persona con la enfermedad», afirmó Smith.
Un ‘marcapasos cerebral’ para ayudar a pacientes con Alzheimer
Un equipo de la Universidad de Toronto probó un dispositivo que, implantado en el cerebro de personas con la enfermedad, activaría los recuerdos.
También evitaría otros síntomas como la depresión y la agitación
Esto no significa que el dispositivo pueda curar el Alzheimer algún día, pero sí que podría restablecer algunos signos de actividad en áreas cerebrales, como la memoria.
«Los cambios de la actividad cerebral son alentadores, pero antes de hablar de un tratamiento potencial debemos estudiarlo con más pacientes», dijo Gwenn Smith, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University, Baltimore, que participó en los inicios del estudio en Canadá.
El implante, que emite impulsos eléctricos continuos al cerebro, ya se utiliza en paciente con Parkinson y temblores para controlar los movimientos. Aunque la investigación recién comienza, abre un camino promisorio por explorar, ya que los tratamientos disponibles para la enfermedad «no son tan buenos», consideró el especialistas Bryan Klassen, neurólogo de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota.
Los científicos de la Universidad de Toronto, que publican los resultados en Archives of Neurology, probaron el marcapasos en pacientes con Alzheimer después de usarlo en un estudio sobre las vías cerebrales del apetito y observar una mejoría del funcionamiento de la memoria entre los efectos secundarios.
Analizaron la actividad cerebral de cinco personas que padecen la enfermedad de unos 63 años y bajo tratamiento farmacológico para promover la función cerebral durante por lo menos seis meses.
A cada paciente se le implantó el dispositivo cerca de la región cerebral donde se acumulan los recuerdos. A las dos semanas, se activó el estimulador el cual funcionó durante 12 meses, acompañando el uso de medicamentos.
A cada uno se le realizó un estudio por imágenes al mes, a los seis meses y al año. El equipo observó un aumento de la actividad cerebral en los todos.
Los participantes con los niveles iniciales más altos de actividad cerebral y los que los alcanzaron al final del estudio lograron el mejor desempeño en los tests de función cognitiva y de calidad de vida. Pero ninguno mostró una mejoría sorprendente en ambas categorías.
Para Klassen, el hallazgo más importante es la prueba de un aumento de las funciones. «Los autores observaron la modificación del flujo sanguíneo en el cerebro y los que tenían un mejor flujo tenían un deterioro más lento», explicó.
Dado que el estudio es pequeño de fase 1 y que el implante no está aprobado para el tratamiento del Alzheimer, Smith instó a tomar los resultados con precaución.
Fuente: Opinión.com
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