Comentaré aquí una investigación que puede considerarse un referente en el campo de la estimulación cognitiva. El estudio puso de manifiesto que el entrenamiento mental diario puede mejorar las funciones intelectuales de las personas mayores sanas.
Dos científicos, Uchida y Kawashima en el año 2008 pusieron a prueba la hipótesis del ejercicio mental, según la cual el declive intelectual asociado al envejecimiento es menos pronunciado entre las personas que se mantienen mentalmente activas.
Para su estudio, reclutaron un total de 124 personas de70 a 86 años de edad, todos ellos sanos.
La mitad de ellos participó activamente en un programa de entrenamiento cognitivo y la otra mitad no.
Los participantes que recibían el entrenamiento cognitivo, diariamente, durante un período de 6 meses debían resolver problemas aritméticos y realizar ejercicios de lectura que habían sido organizados sistemáticamente por niveles de dificultad.
Entre los problemas aritméticos, el nivel más bajo implicaba realizar sumas de un dígito (por ejemplo, 5 + 6 = ¿?) y el nivel más alto divisiones de tres dígitos (por ejemplo: 735 / 6 = ¿?).
Entre los ejercicios de lectura, el nivel más bajo implicaba la lectura y escritura de oraciones simples, mientras que el nivel más alto requería la lectura en voz alta de cuentos clásicos.
La dificultad de todos los problemas planteados se ajustaba individualmente a cada persona.
Uchida y Kawashima aplicaron varias pruebas psicológicas al comienzo del estudio y al final del mismo. Encontraron que los participantes en el programa de entrenamiento mejoraban sus puntuaciones en los test de funciones ejecutivas y razonamiento (Frontal Assessment Battery) así como en los test de velocidad de procesamiento de la información (Digit Symbols Substitution test). Además, estos logros se mantuvieron estables 6 meses después de haber finalizado el programa de intervención.
Es importante recalcar que las pruebas de funciones ejecutivas y velocidad de procesamiento no requieren operaciones mentales de cálculo ni de lectura, sino que pertenecen a otros dominios intelectuales. Por eso, los investigadores demostraron que se producía una mejora general de las funciones cognitivas, y no solamente en aquellas tareas que habían sido entrenadas.
En resumen, la investigación confirmaba la hipótesis del ejercicio mental: el entrenamiento cognitivo puede mejorar las funciones intelectuales de las personas mayores sanas.
Las operaciones de cálculo simples y lecturas ayudan a mejorar el estado intelectual.
Nuestro agradecimiento a Andrés Sardinero Peña es psicólogo Especialista en Neuropsicología, Postgrado en Neuropsicología y Demencias y Diplomado en Estimulación Cognitiva del Daño Cerebral. Ha colaborado en diversos proyectos de investigación en el campo de la Neuropsicología y Psicología de los Procesos Básicos. Centra su actividad clínica en la rehabilitación y estimulación cognoscitiva de personas mayores y personas con enfermedades neurodegenerativas. Actualmente dirige el centro www.rehabilitamemoria.es y realiza talleres de intervención grupal e individual para la recuperación y mantenimiento de las funciones intelectuales. |
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