Antes de introducirnos en estos documentos sobre la comunicación con el enfermo de alzheimer y que podéis descargar desde «El Café del Alzheimer«, quiero que veáis unos vídeos. Gracias a Alzheimer Puerto Rico y a Alzheimer Monterrey.
Cuando una persona sufre un deterioro cognitivo que empobrece o destruye las funciones de la comunicación, esta capacidad con otras personas se ve disminuida o reducida al mínimo, hasta el punto de que se llega a decir que se encuentra en situación «vegetativa», o «como un vegetal», para expresar que ya no se puede comunicar y que, por tanto, está perdiendo aquello que la definía más claramente como un ser animado.
Comunicarse, comunicar, es, por tanto, esencial para las personas. La incomunicación sume en el aislamiento, imposibilita el hacerse entender y el entender a otros, lo que se agrava si el hecho de no comunicar se debe a problemas relativos no al canal (voz, escritura, etc,) ni al código (lengua), sino al propio emisor (el enfermo de alzhéimer), que ha perdido la capacidad de expresarse y que, incluso, puede haber perdido las ideas a expresar.
Este documento ofrece herramientas para que las personas dependientes pueden superar las barreras comunicacionales que imponen el tiempo y el espacio y les ayuden a relacionarse entre ellos y mantener el contacto con su entorno. (Madrid: AFAL, 2008. Martín Duarte, Juan Santiago; Castilla Rilo, Juan Gonzalo; Morala del Campo, María Jesús;)
TIPOS DE RESPUESTA ESPONTÁNEA
A/ Respuesta de valoración o juicio moral: De forma directiva se le indica a la otra persona cómo debería comportarse. El agente relaciona la situación expuesta con valores morales que considera válidos para sí mismo.
Este tipo de respuesta puede hacer sentirse al otro en desigualdad moral, en inferioridad, y producir sentimientos de inhibición, culpa, rebelión, disimulo o angustia.
Por ejemplo: «Lo que has hecho no está bien, seguramente tendrá malas consecuencias.»
B/ Respuesta interpretativa: El agente pone el acento en un aspecto del conjunto de los mensajes recibidos y lo interpreta a partir de la propia teoría.
Este tipo de respuesta produce la sensación de haber sido mal entendido y puede provocar desinterés, irritación o resistencia al ver que la experiencia de uno es leída con criterios distintos de los propios.
Por ejemplo: «Todos llevamos una vida complicada, en tu caso seguramente se debe a la educación que te dieron de pequeño».
C/ Respuesta de apoyo/consuelo: el agente intenta animar generalizando, minimizando la importancia de la situación e invitando a desdramatizar.
Este tipo de respuesta favorece la dependencia o el rechazo a ser tratado de modo paternalista.
Por ejemplo: «No te preocupes, es mejor no pensar en eso ahora».
D/ Respuesta de investigación: Se tiende a hacer preguntas para obtener más datos y profundizar en la situación expuesta.
Si el diálogo está hecho sólo de preguntas se convierte en un interrogatorio, más que en una conversación.
E/ Respuesta de tipo solución del problema: Consiste en proponer una idea o resolución para salir inmediatamente de la situación, indicándole la meta, el camino, dándole consejos de carácter definitivo.
Muchas veces, no es una solución responsable del sujeto y, por tanto, no le satisface o adoptarla le crea una especie de obligación.
Por ejemplo: «Creo que deberías hablar con las personas implicadas para aclararlo.»
F/ Respuesta empática: La actitud de comprensión empática comienza con la escucha activa y se comunica verificando que ha sido recibido y entendido bien.
Una respuesta es empática si está centrada en la persona y consigue, de manera no directiva, comunicar que realmente se está en la misma onda y se ha captado lo que el otro vive y comunica.
Supone concentrarse intensamente en el otro, en lo que dice y en lo que no dice, poniéndose en su lugar para ver las cosas desde su punto de vista.
Por ejemplo: «Creo que te inquieta pensar en cómo habrán sucedido las cosas para haber llegado a esta situación y en las personas que han estado implicadas».
Lo importante, al comunicarnos, no es hacer uso de un único tipo de respuesta, sino aumentar el número de respuestas empáticas, porque de este modo se comunica comprensión y el contacto con el otro se hace más real y profundo. (Aula Diez. Comunicación eficaz en la enfermedad de Alzheimer)
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