Una de las conductas que más sorprenden en los enfermos de Alzheimer y otras demencias son los comportamientos agresivos. No es raro que un paciente sufra un episodio de ira incontrolable, con el consiguiente desasosiego para la familia y allegados. Por este motivo los investigadores llevan años trabajando sobre herramientas que ayuden a controlar estos brotes de violencia súbita.
Por este motivo los investigadores llevan años trabajando sobre herramientas que ayuden a controlar estos desconcertantes brotes de ira incontrolable.
En 1998 se presentó un trabajo en el que ya se apuntaba el efecto benéfico que la música tiene sobre estos enfermos, ayudando a disminuir la intensidad y la frecuencia de las conductas mencionadas. En 2011 el neurólogoOliver Sparks afirmaba rotundamente que “la percepción musical, la sensibilidad musical, la emoción y la memoria musical pueden sobrevivir mucho tiempo después de que otras formas de memoria han desaparecido”.
“La música adecuada”, dijo, “puede servir para orientar y tranquilizar a un paciente cuando casi ninguna otra cosa puede hacerlo”. A partir de esta premisa, en la Universidad de Brighton, la investigadora Chloe Meineck ha estado trabajando en el diseño de un buzón de memoria musical, destinado a ayudar en los casos de que hablamos.
La “caja de música” es un espacio lleno de objetos personales del paciente que, cuando de mueven de lugar, hacen sonar pistas musicales relacionadas con el objeto.
En otros lugares se está trabajando en proyectos similares que ofrecen la música como medio para mejorar la vida de los enfermos. En Berlín, la Sociedad de Alzheimer de esa ciudad celebra los bailes de té que, como en el resto de Alemania, permiten a la gente reunirse y hacer algo que les gustaba antes de enfermar- el baile o la danza. Estas reuniones, celebradas de manera regular, hacen activar la memoria musical, de este modo se producen recuerdos físicos y emocionales y, a través del baile, se ayuda a recuperar memorias.
Los enfermos de Alzheimer oyen decir con frecuencia que no pueden hacer determinadas cosas o que están haciendo mal algo, ese hecho, que puede producir una respuesta agresiva producida por la frustración, se canaliza a través de la música. Cuando bailan, muchos enfermos se mueven con confianza, se saben los pasos, se sienten más seguros que con otras actividades.
Como dijo en una entrevista a The Guardian el director de la Sociedad de Alzheimer de Berlín “Ellos no pueden recordar los nombres de sus cónyuges o hijos pero no se han olvidado de bailar”. Este hecho se basa en la capacidad de grabarse en la memoria que tiene la música, que podría ser utilizada para accionar recuerdos vinculados.
Es posible que ello se deba a que el cerebro utiliza diferentes regiones para procesar la información musical, y algunas de estas regiones tardan más tiempo en ser atacadas por la demencia o el Alzheimer.
En resumen, volviendo al proyecto de “la caja de música”, se trata de recoger una serie de objetos, los “tesoros” que todos tenemos, que se utilizan para provocar recuerdos al unirlos con una música evocadora para el enfermo. Los pequeños recuerdos de infancia, la colección favorita, los regalos llenos de emociones…. todo contribuye en la creación de esa galería de recuerdos que ayudará al enfermo a mantener viva su memoria por más tiempo.
Sin llegar a la sofisticación de este proyecto de la Universidad de Brighton, todos podemos ir reuniendo en una caja la memoria de nuestro familiar enfermo: objetos, recuerdos, fotografías y su música. Además de servir de relajante será una ayuda impagable para mantener viva su memoria.
Fuente | hechosdehoy.com
Vía | alzheimer-online.org
Isabel García Pérez dice
He comprobado que el enfermo de Alzheimer, cesa en su violencia si el cuidador no pierde la paciencia y le habla con serenidad y cariño.
Siempre he intentado que los cuidadores entendieran, que somos nosotros los que hemos de adaptarnos a ellos, que no nos necesitarían continuamente a su lado si no fuera por la enfermedad. Ellos no van a adaptarse a nosotros, somos nosotros los que hemos de adaptar nuestro quehacer diario a ellos.