Resumen
Los pacientes tratados en unidades de cuidados intensivos llegan a recibir atención médica sin evidencia de deterioro cognitivo, pero muchas veces tienen déficits similares a los observados en pacientes con lesión cerebral traumática (TBI) o enfermedad de Alzheimer leve (AD) que persiste durante al menos un año, según un estudio publicado en New England Journal of Medicine.
El estudio, dirigido por miembros del Grupo de Deterioro Cognitivo y de Delirio de la UCI del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Estados Unidos, encontró que el 74 por ciento de los 821 pacientes estudiados, todos adultos con insuficiencia respiratoria, shock cardiogénico o shock séptico, desarrolló delirio en el hospital, un hecho que los autores han encontrado que es una predictor de demencia, incluso un año después de recibir el alta de la UCI.
A los tres meses, el 40 por ciento de los pacientes incluidos en esta investigación tenía puntuaciones globales de la cognición similares a los pacientes con lesión cerebral traumática moderada y el 26 por ciento obtuvo resultados similares a los pacientes con enfermedad de Alzheimer leve.
Los déficits se produjeron tanto en los pacientes mayores como en los de menor edad, con independencia de si había enfermedades coexistentes, y persistieron hasta los 12 meses, con un 34 por ciento y un 24 por ciento que continúa teniendo resultados similares a los pacientes con TBI y AD, respectivamente.
«A medida que la atención médica mejora, los pacientes sobreviven a su enfermedad crítica más a menudo, pero si sobreviven a su enfermedad crítica con inhabilitación en forma de deterioro cognitivo, es algo que tendremos que tener en cuenta, porque simplemente sobrevivir ya no es suficiente», manifestó el autor principal Pratik Pandharipande, profesor de Anestesiología y Cuidados Críticos.
«Independientemente de por qué entran en una UCI, las personas tienen que saber que, en extremo, posteriormente a la terapia intensiva, hay mucha propensión a sufrir cognitivamente de manera similar a un paciente de TBI o uno de AD, puesto que la mayoría de la profesión médica ni siquiera lo sospecha, el paciente quedaría sufriendo el deterioro en silencio», alertó otro de los autores, Wes Ely, profesor de Medicina.
Ely cree que al menos alguno de los componentes de esta lesión cerebral se puede prevenir a través de los esfuerzos para acortar la duración del delirio en la UCI mediante una supervisión cuidadosa del delirio y técnicas de gestión, como la pronta retirada de los sedantes y protocolos de movilidad que pueden salvar vidas y reducir la discapacidad.
«Incluso después de que el paciente abandone el hospital, pensamos que la rehabilitación cognitiva puede ser útil para personas en estas situaciones y tenemos algunos datos preliminares que apoyan esta teoría», concluyó este investigador.
7/oct/2013 New England Journal of Medicine. 2013 Oct;369:1306-1316.
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